El sistema robótico que nos permite sentir pechos virtuales
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Enhorabuena solitarios, el futuro en el que no tenías que ligar para sentir los placeres de la carne ya ha llegado. Como no podía ser de otra forma esta innovación proviene de Japón, donde unos investigadores han desarrollado un dispositivo robótico que se acopla a nuestra mano y nos permite “sentir” la suavidad de unos pechos virtuales.
No es la primera vez que hemos hablado de la tecnología háptica para poder “tocar” cosas que no existen, aunque hasta ahora los desarrollos se han centrado en interfaces (como botones que presionamos en el aire). Sin embargo aún queda mucho para que la sensación de tocar algo que no existe sea la correcta; en particular es difícil conseguir simular una sensación suave ya que nuestros dedos son muy sensibles y pueden recibir los estímulos del sistema háptico de manera distinta a cómo el sistema lo simula.
El robot que nos ayuda a sentir lo que no existe
Este desarrollo de la Universidad de Gifu fue iniciado para encontrar una manera de hacer sentir esa suavidad; el resultado es un dispositivo en el que metemos la mano, conectado a un brazo robótico. La parte interesante está en los dedos, que están en contacto con una fina capa de una sustancia conocida como híper-gel con propiedades similares a la de la piel humana. Un mecanismo de engranajes se encarga de estirar o dejar suelta la sustancia simulando el toque de algo suave.
Los investigadores esperan que este desarrollo tenga utilidad en la enseñanza de estudiantes de medicina que así pueden ganar experiencia tocando partes del cuerpo de los pacientes; por ejemplo puede ayudar a mejorar la localización de posibles tumores de mama. Normalmente para esto se usan modelos de silicona, pero esta tecnología permite crear cuerpos humanos virtuales completos, que en conjunción con un conjunto de realidad virtual permite crear nuevos desafíos para los estudiantes cada vez que lo prueban.
Aunque no me extrañaría que mas de un empresario esté interesado en la implementación de esta tecnología para el enorme mercado del sexo en Japón.
Fuente | IEEE Spectrum