Un diamante del tamaño de la Tierra
Las enanas blancas son estrellas que se han apagado por completo, es decir, remanentes estelares de lo que algún día fue algo similar a nuestro Sol (que también acabará igual). Esta vez lo que se ha detectado es una enana blanca hasta 10 veces más débil que las anteriormente conocidas, pero eso no es lo más curioso, sino que su composición es puro carbono cristalizado. Si, algunos ya lo habréis entendido: Diamante, un diamante del tamaño de la Tierra.
La enana blanca de diamante, detectada gracias a un pulsar
Si creiáis que el asunto acababa aquí, nada más lejos de la realidad. Resulta que este remanente estelar compacto de 11 mil millones de años de edad (similar a la edad de la Vía Láctea), formado por carbono ya cristalizado, ha sido detectado no por su composición en si, sino porque a su alrededor orbita un pulsar, ya que las enanas blancas emiten tan poca luz que son casi indetectables.
Pero, ¿qué es un pulsar? Podríamos decir que es todo lo contrario a las enanas blancas, ya que son estrellas compuestas por neutrones, resultantes de una explosión de estrellas masivas llamadas supernovas. Es decir, en lugar de apagarse (enana blanca), explotaron. Así, el remanente de esta explosión es un pulsar, un objeto celeste que emite haces de luz potentísimos, gracias a los cuales se ha podido detectar esta enana blanca de puro diamante.
Además, este pulsar ya tiene nombre: PSR J22222-0137, y fue detectado por Jason Boyles, de la Universidad de Virginia Occidental (Morgantown) gracias al Telescopio de Green Bank (GBT). El objeto está a 900 años luz de nuestro planeta, y gira a la asombrosa velocidad de 30 veces por segundo. Sin embargo, tras analizarlo con detenimiento, se detectó que este pulsar no estaba solo. De hecho, estaba orbitando alrededor de algo a modo de satélite. En un primer momento se creyó que era otra estrella de neutrones, pero posteriormente se vio que era una enana blanca gracias a la aplicación de la teoría de la relatividad de Einstein (la órbita que había entre varios objetos era demasiado regular para tratarse de dos púlsares).
Un objeto estelar muy escurridizo
Tras demostrar gracias a los datos gravitacionales que estaban delante de una enana blanca, los astrónomos pensaron que debería ser detectable mediante luz visible e infrarroja. Así que usaron el telescopio Southern Research Astrophysical (SOAR) de Chile, y el telescopio Keck de Hawai… y no vieron nada. Por lo visto, la enana blanca es 100 veces más débil que las normales, y 10 veces más débil que cualquier otra enana blanca conocida hasta el momento. Eso indicaría que este remanente estelar es realmente frío y apagado.
Y con frío no me refiero a cualquier temperatura, sino a unos 3.000 grados Kelvin o 2.700 ºC. Parece mucho, pero eso es 5.000 veces más frío que nuestro Sol, que arde a 15 millones de grados Kelvin.
Finalmente, cabe destacar que este cuerpo estelar completamente formado por diamante no es el único descubierto hasta la fecha, pero aún así son realmente raros, ya que su escala lumininosidad los hacen difíciles de encontrar. Además, también existen planetas de diamante.
Vía | Astrophysical Journal.