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¿Por qué la música alta daña nuestros oídos?

20 agosto, 2014 16:46

Es muy frecuente a día de hoy escuchar música a un volumen muy alto, sobre todo en los lugares de ocio como en las discotecas. Sabemos, aunque aún hay gente que lo desconoce, que esto es bastante malo para nuestros oídos, ya que a largo plazo se van deteriorando. Sin duda, otro ejemplo de que los excesos del pasado pueden pagarse caro en un futuro.

Ser incapaz de reconocer las palabras que te están diciendo puede desesperar bastante a la persona que lo sufre. De hecho, con el paso del tiempo puede llevar a una situación de aislamiento social importante. Además. este panorama empeora cuando el ambiente es ruidoso o hay otras personas cerca de ti que también están hablando.

En resumen, las personas con déficit de audición no pueden desenvolverse en los lugares de ocio, que es donde se cumplen todos los factores que impiden que esa persona oiga bien.

Cabe destacar que por encima de los 65 años, la mitad de las personas sufren una pérdida significativa de audición. Estas cifras son bastante alarmantes, de ahí la importancia de descubrir por qué sucede esto, para encontrar una cura a este mal que afecta a mucha gente.

¿Por qué se dañan nuestros oídos cuando escuchamos la música alta?

Un nuevo estudio liderado por la Universidad de Leicester ha examinado los mecanismos que ocurren en la pérdida auditiva a nivel celular cuando nos exponemos a sonidos muy altos.

“La comprensión del habla se basa en la transmisión rápida de las señales auditivas. Por tanto, es importante entender cómo la velocidad de transmisión de la señal disminuye durante la pérdida de audición. La comprensión de estos fenómenos subyacentes significa que podría ser posible encontrar medicamentos para mejorar la percepción auditiva, especialmente en ambientes ruidosos”, explica el profesor de la Universidad de Leicester, Martine Hamann.

En publicaciones anteriores se demostró que cuando escuchamos sonidos con un volumen elevado, la velocidad de transmisión nerviosa a nivel del oído disminuye. Sin embargo, no se sabía hasta ahora por qué ocurría esto. Había dos hipótesis para rellenar esta laguna de información.

La primera de ellas consideraba que los cambios físicos que se producían en la mielina (una envoltura que recubren los nervios para que la señal nerviosa viaje más rápido) eran los responsables de la pérdida de audición.

La segunda exponía que se debía a cambios en la redistribución de los canales iónicos que hay en las neuronas que ayudan a transmitir la señal nerviosa.

Mediante una simulación con los datos que se tenían hasta entonces, los investigadores fueron capaces de probar las dos hipótesis para conocer cuál era la válida. Podéis hacer incluso vuestras apuestas: ¿es por culpa de los canales iónicos, o por alteración de la mielina?

La pérdida de audición se debe a las alteraciones físicas de la mielina

Los científicos descubrieron que la redistribución de los canales iónicos tienen un pequeño impacto en la velocidad de la transmisión nerviosa, lo que contrastó bastante con la reducción que se encontró cuando la mielina estaba alterada.

En definitiva, por primera vez se ha demostrado que existe un estrecho vínculo entre las lesiones de la mielina, que recordemos que es una capa que envuelve a las neuronas para aumentar la velocidad con la que viaja el impulso nervioso, y la pérdida auditiva.

“Hemos llegado más cerca de comprender las razones que hay detrás de los déficits en la percepción auditiva. Esto significa que también podemos aproximarnos a curar estos déficits, por ejemplo, mediante la promoción de la reparación de la mielina después de un trauma acústico o durante la pérdida de audición relacionada con la edad”, señala el doctor Hamman.

Gracias a los resultados de este estudio, podremos, en un futuro, prevenir y evitar la progresión de la enfermedad mediante la cura apropiada, así como impedir que se escuchen esos molestos ruidos (tinnitus o acúfenos) que a veces se producen en la pérdida auditiva.

Fuente: ScienceDaily