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La peligrosa estigmatización de las enfermedades mentales

6 septiembre, 2014 20:45

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Las enfermedades mentales representan el 30% de las enfermedades no transmisibles en los sistemas de salud del mundo, según la Organización Mundial de la Salud. Concretamente en España, más de diez millones de personas tienen un trastorno o enfermedad psiquiátrica. Estas cifras demoledoras son indicadoras de que el impacto de las enfermedades mentales es enorme, y abarca desde los propios sistemas de salud a familia, amigos y compañeros de trabajo.

A la vez, y a pesar de estos números, siguen siendo enfermedades muy estigmatizadas. Estigmatización, discriminación y prejuicios sociales frente a las personas con enfermedades mentales marcan y perjudican su recuperación, su integración social y el ejercicio de sus derechos como ciudadanos. Todo esto provoca que, a pesar de la disponibilidad de tratamientos basados en la evidencia muy efectivos, alrededor del 40% de las personas con enfermedades mentales graves no reciban atención y muchos de los que comienzan una intervención no logren completarla.

Un nuevo informe, publicado en Psychological Science in the Public Interest, ha confirmado que la estigmatización es una barrera importante para el cuidado de muchas personas con enfermedad mental. Y no sólo a la hora del cuidado, sino también en la posible influencia en la búsqueda de atención por parte de los afectados. Según los investigadores, de la Universidad de Emory y el Hospital Mount Sinai de Nueva York (Estados Unidos), el prejuicio y la discriminación de la enfermedad mental es tan incapacitante como la enfermedad misma; limitan a los afectados en el alcance de sus metas personales y les disuaden de seguir tratamientos efectivos.

Se ha dicho en muchas ocasiones que el estigma implica para los enfermos tener peores relaciones personales, menos oportunidades laborales y un mayor aislamiento social (algo que influye negativamente en el desarrollo de la enfermedad). Estos problemas continúan hoy en día, y se traducen en forma de escasez de fondos para la investigación y servicios de atención en comparación con otras enfermedades; formas estructurales de discriminación; y generalizaciones inexactas y sensacionalistas que relacionan la enfermedad mental con la violencia. ¿A quién no le han dicho alguna vez que las personas con esquizofrenia son de por sí violentas? Huelga decir en este punto que las enfermedades más estigmatizadas son la esquizofrenia, el trastorno bipolar y la depresión.

Para el estudio, los científicos han sintetizado la literatura científica disponible para identificar los diferentes tipos de estigma que pueden impedir que las personas tengan acceso a una atención de salud mental adecuada.

Estigma público

Estigma público surge cuando los estereotipos generalizados (que las personas con enfermedades mentales son peligrosas o imprevisibles, por ejemplo) hacen aflorar los prejuicios contra las personas que sufren una enfermedad mental. El deseo de evitar este doloroso estigma público conduce a los afectados a abandonar el tratamiento o, directamente, evitarlo por completo, por temor a ser asociado con estereotipos negativos. El estigma público también puede influir en las creencias y comportamientos de las personas más cercanas a las personas con enfermedades mentales, incluyendo amigos, familiares y los proveedores de atención sanitaria.

Según los investigadores, este estigma suele convertirse en estructural cuando invade las instituciones y los sistemas sociales. En Estados Unidos, por ejemplo, el hecho de que la atención de salud mental no esté cubierto por un seguro de la misma medida que la atención médica general, y el hecho de que la investigación en salud mental no se financie a los mismos niveles que la investigación médica, son dos indicios claros de que la estigmatización está muy presente aún hoy en día.

En España, esto se traduce en que muchas personas opinen que, en la formulación de la ley de la dependencia, no se pensara en los enfermos mentales. Según el artículo enlazado, las personas con enfermedades mentales no llegan al sistema, no reciben las prestaciones y, lo que es más grave: no las solicitan. Las reclamaciones de ayuda de estos enfermos sólo representan el 1% del total de las recibidas por dependencia. Son datos de 2011, pero parece ser que las cosas siguen siendo parecidas en 2014.

Abordaje de las enfermedades mentales

Frente a estas realidades, el informe identifica enfoques para abordar la estigmatización y que podría mejorar la atención de estos pacientes. Estos enfoques funcionan a varios niveles, desde la promoción de historias personales de recuperación y la mejora de los sistemas de apoyo, hasta la formulación de soluciones políticas públicas que mejoren los sistemas actuales de atención. También proponen construir puentes hacia otros campos conectados con la salud mental, como la salud pública, la atención primaria y la educación.

Fuente | Sciencedaily