¿Cómo sobrevivir a la vuelta de las vacaciones? Guía de supervivencia
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Llega Septiembre… Vuelta al trabajo, primeros días de clase, vuelta a la rutina, vuelta a los madrugones, a las prisas, al estrés. Y encima todo después de un periodo de relax y descanso. ¿Y qué ocurre? Que nuestro cuerpo y mente reaccionan tomándoselo bastante mal. Claro, en contraste con la buena vida del mes anterior… Hoy os vamos a dar unos consejos para llevar mejor el fin de las vacaciones de verano y la vuelta a la vida normal.
¿Qué es lo que me ocurre?
Pues como a todos seguramente te encuentres más irritable, ansioso, triste, tengas problemas para dormir, hayas perdido el interés por tu trabajo, etc… Pero lo importante es que es algo pasajero. Lo que te ocurre es que presentas alteraciones del estado de ánimo por un cambio en el ritmo de vida, de uno relajado y divertido a uno más rutinario y estresante.
Seguramente presentes un síndrome (depresión) postvacacional, no te preocupes, no es grave y tampoco es permanente, simplemente es el nombre que le han dado al conjunto de síntomas que presenta la gente a la vuelta de las vacaciones. No es un trastorno depresivo en sí, así que no te alarmes. Se caracteriza por una falta de adaptación a los cambios, provocado por una mala transición entre el periodo vacacional y el laboral. Aparecen síntomas como: Cansancio generalizado, fatiga, insomnio, dolores musculares o estomacales, falta de apetito o concentración, irritabilidad, tristeza, nerviosismo, apatía, etc… Lo sufren hasta un 45% de los trabajadores así que probablemente tus compañeros de trabajo sufran igual que tu. Puede afectar al rendimiento laboral y a las relaciones y vida de la persona que lo sufre.
Los estudios postulan que no es hasta pasados los 45 años que este proceso se hace más llevadero, así que más nos vale adquirir algunas estrategias para afrontarlo pues es bien probable que nos pase cada año. Afecta más a aquellas personas que han hecho un gasto económico excesivo durante sus vacaciones o que no las han podido disfrutar completamente (han sido recortadas o han estado estresados).
¿Qué puedo hacer para sentirme mejor y hacerlo más llevadero?
- Se positivo: No vas a estar así siempre, solo es cuestión de pasar el periodo de adaptación. Piensa además que lo que te ocurre es normal y le estará pasando a todos los demás también. Piensa que, más en los tiempos que corren, estas en una situación privilegiada y céntrate en todo lo positivo que te ofrece tu puesto. Ten paciencia.
- Relativiza: El trabajo es el mismo que cuando te fuiste, ni mejor ni peor, lo que ocurre es que se te pueden haber acumulado algunas tareas esa semana inicial, no te preocupes, una vez pasado eso, volverá a ser el trabajo de siempre con el que estabas perfectamente bien. No hagas caso de pensamientos del tipo “ya no me gusta mi trabajo”, “no es para mí”, “aquí no seré feliz”, “estoy estancada”, etc… Son pensamientos desencadenados por emociones y estrés, si quieres plantearte algo que sea pasadas unas cuantas semanas de la vuelta, entonces habremos recuperado el ritmo normal y si podremos ser más justos en nuestros juicios. Mientras tanto intenta valorar tu puesto de trabajo y encontrarle (y centrarte) solo aspectos positivos.
- No seas duro contigo mismo: No te machaques por no ser una enamorada de tu trabajo o estar dándolo todo. Haces tu trabajo y eso es lo importante, permítete estar mal la primera semana y acepta que tu rendimiento pueda no ser el óptimo, pero que mejorará.
- Si necesitas ayuda los primeros días, pídela.
- Divide las tareas en pequeños pasos o subtareas: En ocasiones nos abruma la cantidad de trabajo que tenemos que realizar a la vuelta de vacaciones, y esto puede llevarnos a la procrastinación por ansiedad. Asegúrate de hacer las cosas pasito a pasito y centrarte cada vez solo en la tarea que te ocupa (y no en las que quedan después). Márcate pequeños límites de tiempo para cada subtarea y cuando quieras darte cuenta habrás avanzado bastante.
- Prioriza tareas: No contribuyas a aumentar el agobio. Hay cosas que son urgentes, otras no. Hay cosas que es necesario hacer y otras que se pueden posponer. Una buena organización puede hacerte la vida más fácil.
- Si puedes elegir tu día de vuelta al trabajo procura que no sea un lunes, elige un día intermedio de la semana para que no se te haga tan larga y la reincorporación sea más gradual. Si puedes, no salgas tarde el primer día, vete pronto a casa y sigue mañana. La idea es que la vuelta sea gradual.
- Procura hablar con los compañeros e integrarte en el equipo, esto lo hará más llevadero.
- No alargues las vacaciones hasta el último día, finalízalas 2 o tres días antes de volver al trabajo, esos días serán días de descanso y de adaptación, volver a las tareas de la casa, arreglar las cosas que hayan quedado pendientes en verano y así tener un periodo de transición entre el viaje y la vuelta al empleo.
- Mentalízate de lo que las vacaciones se acabaran y enfócalo de manera neutra o positiva. Anticípate a lo que puede ocurrir y así no te pillará por sorpresa.
- Practica ejercicio físico, actividades al aire libre y relajación (te explicamos cómo en un artículo anterior) para compensar ese cambio de ritmo al acabar las vacaciones. Todas estas actividades producen bienestar, reducen la ansiedad y mejoran la calidad de vida.
- Valora y aprovecha los fines de semana para desconectar.
- Durante las primeras semanas mantén alguna actividad similar a la que realizabas en vacaciones: salir a cenar con amigos, dar un paseo a la hora de comer, etc…
- Busca momentos durante la jornada laboral para hacer pequeños descansos, en ellos practica técnicas de respiración, cierra los ojos y relájate durante cinco minutos. De la misma forma no estés largas horas sentado, levántate, muévete, estírate y luego retoma las tareas.
- Redecora tu lugar de trabajo: pon algún objeto en tu mesa de trabajo que te anime, sea gracioso o divertido. Dale un aire diferente y más motivador.
- Modera el consumo de alcohol y cafeína, cuida tu alimentación y respeta las horas de sueño necesarias.
- Corta con los pensamientos recurrentes: Pensamientos negativos que no hacen más que hacernos sentir mal. Puede ayudarte este artículo reciente con algunos consejos al final.
- Pon límites y aprende a decir “no”: Sí algo no te da tiempo a hacerlo, exprésalo. Frena las impaciencias y exigencias de los demás en lo que puedas (dentro de lo que son tus competencias claro y sin arriesgar tu puesto).
Todos estos consejos deberían ayudar a que la vuelta fuera mejor. Aquellas personas que tengan otros problemas añadidos deben saber que les afectara y preverlo. Por ejemplo los que tengan un diagnostico de trastorno de ansiedad o del estado de ánimo verán como sus síntomas se agudizan temporalmente y deberán aplicar estrategias específicas si fuera necesario para prevenir otros problemas. Los que tengan hijos deberán saber que eso será un estrés añadido e intentar planificar lo que puedan (compras, material, etc…) antes de empezar a trabajar.
De cualquier forma hay que entender que el trabajo es el mismo, ¡los que hemos cambiado somos nosotros!
Fuente: Equipos y talento, Nascia, ABC, Wikipedia, ABC, Tus buenos momentos,
Imagen: Wikimedia Commons, Wikipedia.