Philae encuentra "vida" en el cometa 67P
La sonda Rosetta, enviada el 2 de Marzo de 2004 con el objetivo de encontrar moléculas orgánicas (los ladrillos básicos de la vida) que hayan podido desempeñar un papel en el origen de la vida en la tierra, orbitó alrededor del cometa 67P / Churyumov-Gerasimenko y envió un módulo que se separó de su nave nodriza el pasado 12 de Noviembre para posarse en el cometa, dónde agotaría sus baterías debido al aterrizaje en un lugar diferente al previsto por los investigadores al cargo. Sin embargo este contratiempo nos ha traído un hallazgo sorprendente; Philae ha registrado moléculas orgánicas en la superficie del cometa.
Lo que no esperaban los ingenieros de la ESA que al aterrizar en una zona con tan solo 1.5 horas de luz, Philae consiguiese obtener esta información antes de ver agotadas sus baterías. Este módulo nos ha acercado una información que pone en juego el origen de la vida en la tierra, apoyando una curiosa hipótesis que se conoce como panspermia.
Quitando el polvo a la panspermia
La panspermia sitúa el origen de la vida en la Tierra fuera del globo terráqueo, llegando a este mediante un meteorito o cometa, en el que se transportaban los organismos primordiales. Una idea que se vislumbró entre las reflexiones del filósofo griego Anaxágoras y que se formuló con mayor precisión en 1865 a manos del biólogo Herman Ritcher. Por muy descabellada que suene esta hipótesis, este último hallazgo ha conseguido levantar el debate suscitado por la comunidad científica en torno al origen de la vida.
Como ya sabemos, el pilar de las moléculas orgánicas lo componen los diferentes átomos de carbono que forman su estructura, y que constituye directamente la base de la vida en la tierra. No conformes lo suficiente con encontrar este elemento en el cometa, los investigadores del ESA han afirmado que se profundizará más la búsqueda con el objetivo de encontrar compuestos con mayor complejidad molecular como aminoácidos o proteínas.
Aun es pronto para sacar conclusiones, pues puede repetirse un caso como el ocurrido en 1967 con la Surveyor 3, que encontró la bacteria Streptococcus mitis en la superficie de la luna, procediendo realmente esta de la tierra y siendo transportada a la luna por el transporte espacial desprovisto de la esterilización adecuada. En definitiva, es una noticia excelente para los investigadores del ESA y para los medios de comunicación que nos mantendrán al tanto de las diferentes sorpresas con las que se pueda topar nuestra sonda.
Fuente | The Wall Street Journal