Es muy curioso ver como algunos países o culturas que están por detrás de la civilización occidental en cuestiones generales de desarrollo son objeto de “envidia” por ciertas técnicas que llevan empleando miles de años y aún estamos intentando copiar.

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El aire acondicionado basado en técnicas arquitectónicas.

Este el caso del aire “acondicionado” de la antigua Persia, una técnica conocida como “atrapavientos” (Windcatcher en inglés) y que apareció como todo ante una necesidad, poder vivir en un edificio sin morir de calor en el intento.

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Estos atrapavientos o “badgir” como se conocen en la zona pueden funcionar de dos maneras: unos dirigen las corrientes de aire desde arriba directamente hacia el atrapavientos; otros aprovechan el cambio brusco de temperatura para dirigir el movimiento del aire hacia el atrapavientos.

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El aire baja después a la zona que se quiere refrescar pero no la enfría realmente, simplemente la circulación de aire aporta una sensación de frescor similar a la de un ventilador que aunque a veces cueste creerlo lo único que hace es mover un poco el aire, no enfría nada.

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Además como ya habréis visto en las imágenes esta técnica además de refrescar una zona también cuenta con una función estética bastante lograda que hace que muchos asocien esta técnica únicamente a las mezquitas; nada más lejos de la realidad, aunque las mezquitas han sido siempre objeto de esta técnica mucho antes de que existiera el Islam ya se aplicaba esta curiosa estrategia.

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Ahora es cuando nosotros lo empezamos a utilizar

Nosotros (los occidentales) no hemos sido muy avispados en este sentido y es que, tras tanto tiempo delante de nuestras narices, no ha sido hasta muy recientemente cuando a nuestros arquitecto se les empieza a ocurrir aplicar la técnica como en un este hotel en el Parque Nacional de Zion.

Fuente: Kuriositas