¿Se han perdido las ganas de investigar y de experimentar? Es una manera de verlo, con todos esos smartphones y tablets que hacen lo que queremos a la primera sin necesidad de toquetear demasiado. No solo eso, sino que si se rompen preferimos comprar uno nuevo antes de arreglarlo.

Esa es la teoría que ha presentado Danielle George, de la Universidad de Manchester. No solo eso, sino que asegura que los menores de 40 años ya esperamos que todo “simplemente funcione”, y que no tenemos ni idea de qué hacer cuando las cosas salen mal. Por supuesto esa es una generalización y por lo tanto seguro que estáis pensando que está equivocada, pero hay que tener en cuenta que el lector de Omicrono tiene una mentalidad diferente de la mayoría de la población (y no es por halagaros o halagarnos).

Una generación perdida a la comodidad

Da la sensación de que la anterior generación parecía estar mas dispuesta a ensuciarse las manos cuando era necesario, o al menos esa es la impresión que tenemos y lo que dicen los datos de George. En la actualidad, la realidad es que muchos de los aparatos que acaban en la basura serían perfectamente funcionales con un pequeño arreglo; la profesora de ingeniería llega incluso a calificar esta de una “generación perdida”.

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Aunque existe un alto porcentaje de usuarios que no quiere perder el tiempo con destornilladores, no es menos cierto que también existe una gran comunidad montada alrededor del concepto DIY (hazlo tú mismo), y por eso las palabras de la profesora sean tal vez demasiado duras. Seguro que durante estas fiestas se han regalado mas proyectos DIY que nunca, y que esta tendencia solo seguirá al alta en 2015.

¿Qué pensáis? ¿Sois de los que no les gusta tirar nada o en cambio preferís hacer un cambio rápido de hardware para centraros en lo importante?