Adicción al juego: Todo lo que deberías saber
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Las adicciones no químicas, es decir las adicciones que no son a sustancias o drogas, son las que están en auge hoy en día. Puede parecer que son menos nocivas que por ejemplo drogarse con cocaína o ser alcohólico, pero lo cierto es que el deterioro en la vida de la persona puede llegar a ser igual de grave y desde luego minar por completo la salud propia. Hoy vamos a hablaros de la adicción al juego (máquinas tragaperras, póquer, apuestas, etc…), la adicción al juego es una de las adicciones más fuertes y más difíciles de erradicar. Sin embargo hoy en día se habla poco de ella.
Cosas a saber
En Estados Unidos, el juego compulsivo afecta a entre un 2 y un 5% de los individuos. Para España la incidencia se contempla entorno al 2%. Que dos de cada cien personas sean jugadores patológicos es una cifra bastante elevada.
La ludopatía se contempla como un trastorno adictivo en el que el sujeto tiene una conducta descontrolada en cuanto al juego de azar (y en ocasiones las compras o apuestas). Estas personas van progresivamente invirtiendo cada vez más tiempo, dinero y energía en esta conducta hasta que se vuelven completamente dependientes de ella, dejando de lado responsabilidades y amistades, generando deudas enormes de dinero. Siguen jugando a pesar de las pérdidas, a pesar de estar en la ruina, a pesar de no ganar. No pueden controlar su conducta.
Muchos sujetos acaban desarrollando una doble vida, llena de mentiras con las que intentan cubrir su problema, son sujetos que muestran baja tolerancia a la frustración, dificultad para conectar con sus propias emociones, baja autoestima, mitomanía (mentira patológica y compulsiva) y en ocasiones sentimientos de grandiosidad.
El descontrol y los gastos llevan a problemas personales, laborales y altos niveles de estrés, estos a su vez pueden llevar a la persona a padecer trastornos depresivos u ansiosos. Además este tipo de adicción tiene alta comorbilidad con otras, como por ejemplo el alcoholismo o el consumo de otras drogas. No es infrecuente la ideación suicida ni los intentos. Se ha encontrado así mismo que un número importante de afectados tiene de TDAH también. Estos sujetos frecuentemente acaban en situaciones de divorcio, perdida de puesto de trabajo, deudas legales, problemas con la ley, etc…
Diagnóstico
La propia APA (American Psychiatric Association), cambió de decisión sobre su inclusión en una u otra categoría: En la 4º edición incluía este trastorno en el grupo de trastornos de control de los impulsos, sin embargo en su 5º edición ha decidido recolocarlo en la sección de trastornos adictivos no relacionados con sustancias (categoría nueva de adicciones conductuales).
Se considera que para el diagnóstico (según el DSM-V) el sujeto debe cumplir los siguientes criterios diagnósticos:
A- Conducta de juego problemática, recurrente y persistente que lleva a un deterioro significativo de la vida del sujeto o a un malestar significativo, como indican 4 o más de los siguientes síntomas (exhibidos en un periodo de 12 meses):
- Necesidad de jugar cada vez con cantidades mayores de dinero para alcanzar el nivel de activación deseado.
- Presenta irritabilidad o inquietud si intenta disminuir o dejar de jugar.
- Ha intentado varias veces (sin éxito) controlar, dejar de jugar o reducir la conducta.
- A menudo se preocupa por el juego (pensamientos recurrentes sobre el juego o aspectos asociados: experiencias pasadas de juego, conseguir dinero, etc…)
- A menudo juega cuando se encuentra mal (deprimido, nervioso, culpable…).
- Después de perder dinero apostando, vuelve a jugar para equilibrar la perdida. Persiguiendo la pérdida.
- Miente para camuflar la extensión del juego.
- Ha saboteado o perdido relaciones personales significativas, trabajo, estudios u oportunidades por culpa del juego.
- Depende de otros para proveerle de dinero para aliviar situaciones financieras desesperadas causadas por el juego.
B- La conducta de juego patológico no se explica por la presencia de un episodio maníaco.
Como con las drogas podemos ver que la persona presenta síntomas de abstinencia, de dependencia y de pérdida de control. Ello y las bases biológicas que parecen subyacer al trastorno ha impulsado su inclusión en el grupo de trastornos adictivos y ya no en el de impulsos. Aunque muchos están de acuerdo en que presenta síntomas de ambos.
Bases biológicas
Hay varias hipótesis (aún bajo estudio), entre ellas:
- Los jugadores patológicos presentan niveles inferiores a los sujetos normales en epinefrina (adrenalina), el juego puede ser una forma de elevar esos niveles, proporcionando activación.
- Los niveles de serotonina y dopamina aparecen deprimidos en estos sujetos. Estos sistemas controlan la recompensa, el auto-control, la impulsividad y el aprendizaje.
- En experimentos de activación cerebral se observó un patrón de activación muy similar ante el juego en estos sujetos que la que muestran los cocainómanos ante una dosis. Es decir el proceso de instauración del hábito repite mecanismos fisiológicos iguales a los de las drogas: Sistema de recompensa, condicionamiento clásico y operante, etc…
- Predisposición genética, suele haber antecedentes familiares. Se cree que lo que se puede heredar son esos niveles de neurotransmisores alterados que predisponen a la persona o la hacen más vulnerable al juego.
- Como consecuencia del juego presentan niveles muy elevados de la hormona del estrés (cortisol), de ahí que se deriven problemas cardíacos en estos sujetos. Ello se suma a malos hábitos de alimentación, privación de sueño y otros síntomas fisiológicos causados por el estrés.
El motivo “causal” de que alguien inicie una adicción así se entiende como multifactorial, combinando factores genéticos, biológicos y del entorno.
Tratamiento
A pesar de ser un trastorno con frecuentes recaídas y que puede llegar a cronificarse existen varias herramientas para su tratamiento:
- Jugadores anónimos (programa de 12 pasos muy similar al de alcohólicos anónimos). Ya he mencionado alguna vez que no soy muy fan de este tipo de sistemas.
- Grupos de apoyo o tratamiento con sujetos en la misma situación (grupos terapéuticos de tratamiento).
- Terapia cognitivo-conductual. Indispensable, es la recomendada. Se basa en cambiar las conductas y los pensamientos asociados a la necesidad de jugar: incluye control de estímulos, reestructuración cognitiva, manejo de contingencias, etc… Entrena además en manejo emocional, solución de problemas y conductas alternativas al juego. Dependiendo del motivo de juego (si lo hay) y del déficit que subyace se priorizan unas u otras técnicas. Por ejemplo hay gente que juega para combatir emociones negativas, otros para combatir el aburrimiento, algunos para solventar problemas económicos, otros para no sentirse aislados o solos, el motivo de inicio del juego puede ser relevante.
- Programas de apoyo a familiares.
- Medicación. En ocasiones ya sea para tratar los problemas psicológicos asociados (depresión, ansiedad) como para mejorar el control de impulsos en si a estos pacientes se les pueden recetar antidepresivos (ISRS) o estabilizadores del estado de ánimo. Se plantea también la utilidad de antagonistas opioides (naltrexona) ya que estos frenan la respuesta de placer del sistema de recompensa cerebral, haciendo que la conducta en si sea poco reforzada, frenando el efecto de la adicción.
Fuente: Adicciones.org, PsychCentral, Wikipedia, Helpguide, Mayo Clinic, MedlinePlus, Consumeraffairs, Gamblingrecovery.