El overclocking es muy importante para los jugadores, pero ahora se han encontrado con un grave problema: Nvidia desactiva el overclocking en sus gráficas para ordenadores portátiles.

El “overclocking” consiste en aumentar las frecuencias de los núcleos de un chip con el objetivo de mejorar el rendimiento, y aunque desde siempre ha sido algo limitado a los usuarios más entusiastas, en los últimos años cada vez más fabricantes ofrecen modelos de gráficas con overclocking de serie; los nuevos procesos de fabricación de chips añaden fiabilidad y permiten aumentar las frecuencias sin miedo, y por eso fabricantes como Asus, MSI y Alienware venden portátiles con overclock de serie.

Sin embargo, la última actualización del driver oficial de Nvidia, la R347 (347.29), desactiva el overclocking de todos los modelos de la gama GTX 900M. Eso significa que los usuarios de portátiles con estos chips no sólo ya no pueden usar los programas oficiales de Nvidia, sino que tampoco pueden usar programas de terceros para aumentar el rendimiento de sus equipos.

Nvidia desactiva el overclocking ¿para proteger a los usuarios?

nvidia geforce 1

La reacción en la red no se ha hecho esperar, ya que el overclocking es un aspecto muy a tener en cuenta a la hora de elegir gráfica; muchos usuarios se sienten engañados al haber comprado un producto de Nvidia que ahora pierde una funcionalidad importante. Lo curioso es que la defensa de Nvidia se centra en que los chips de la gama M, diseñados para portátiles, nunca deberían haber permitido el overclocking, y por lo tanto lo consideran un bug, y a los nuevos drivers como la solución.

Ese intento de vender el cambio como algo bueno no ha servido de mucho para calmar los ánimos. Nvidia tiene razón cuando dice que hacer overclocking no es algo trivial: el chip tiene que estar diseñado para llegar a las frecuencias que queremos o corremos el riesgo de quemarlo; es probable que la compañía haya tomado esta decisión después de que algunos usuarios se pasasen y acabasen con portátiles muertos.

Pero la solución no debería ser prohibir completamente el overclocking, sino seguir ofreciendo la posibilidad sólo a los usuarios avanzados; esto es más cierto incluso con Nvidia, una marca asociada a jugadores y entusiastas que parece haber perdido el rumbo con esta decisión.