¿Cuál es la mejor dieta del mundo?
Los primeros países que se os vendrán a la cabeza seguramente serán los que están alrededor del mar Mediterráneo, como España o Italia, pues poseen una dieta con enormes beneficios, bastante equilibrada y muy flexible. Otra de las alternativas es la dieta asiática, que consta de pocos lácteos y combina productos con un contenido calórico bajo, gran variedad de vitaminas y fibra. Sin embargo, y conforme iremos argumentando a lo largo de esta publicación, se ha demostrado que la mejor dieta, atendiendo a que satisface nuestras necesidades nutricionales y no perjudica nuestra salud, es la dieta brasileña.
La clave de la dieta brasileña
Quizás lo que hace de esta dieta aun más exitosa es el plano hacía el que se están desplazando las dietas actuales. Cada 5 años, el gobierno estadounidense publica un dossier que incluye la guía dietética elaborada conforme a las exigencias nutricionales de la población. Este dossier es verdaderamente importante, pues es usado por nutricionistas y expertos de la salud para elaborar dietas para sus pacientes, para los comedores infantiles y para muchos hogares.
Observando a la población, os podéis hacer una leve idea de los objetivos que perseguirá esta guía dietética: reducir y controlar la obesidad. En un principio, esta meta es esencial para una población en la cual el número de personas con sobrepeso crece proporcionalmente, siendo el índice de riesgo de padecer enfermedades como el cáncer o la diabetes mayor. El problema es que estas exigencias se extrapolarán al total de los casos, no siendo por lo tanto tan positiva para aquellas personas que sí llevan un ritmo de vida saludable y cuyo indice de masa corporal está por la media.
Y es aquí donde triunfa la dieta brasileña, pues actúa de forma opuesta. No se detiene en calorías y productos con bajo contenido en grasas, sino que conciencia a la población de cocinar platos completos en casa, para evitar el snack o picoteo, y sobre todo, a las casa comerciales de productos de comida basura.
Los pilares de la dieta brasileña:
1. Cocina alimentos enteros: Evita a ser posible los alimentos procesados, siendo los de origen lo óptimos para hacer una comida completa, libre de inconvenientes y mucho más sencilla de controlar o ajustar en un plan semanal de dieta.
2. Añade azúcar, sal y grasas: Es importante que incluyamos estos 3 elementos con moderación en nuestra dieta, pues al fin y al cabo, muchas personas los evitan pero acaban recurriendo a alimentos procesados que incluyen parte de los mismos. Harán de tus comidas más sabrosas y por lo tanto, contribuirán en mayor medida a la sensación de saciado y el bienestar psicológico durante tus comidas.
3. Haz del comer una experiencia social más: En compañía, disfrutamos más la comida, interactuamos y tendemos a comer de una forma más pausada. Comer con alguien más fomenta los lazos entre esas personas, por lo que nunca debemos de olvidar que comer es un acto social más, como tomar un café o unas copas.
4. Siempre fresco: Es la regla de oro, pues el pilar en el que se sustenta esta dieta y que le otorga sus excelentes características tiene como base usar siempre que sea posible alimentos frescos. Y además, evitar o moderar los alimentos ‘instantáneos’, los refrescos, y la repostería.
Fuente | VOX