El primer trasplante de cabeza llegaría en dos años
El primer trasplante de cabeza podría ocurrir más pronto de lo que pensamos, en apenas dos años. Ese es el objetivo del cirujano Sergio Canavero.
26 febrero, 2015 11:56Noticias relacionadas
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¿Te imaginas vivir con el cuerpo de otra persona? Parece sacado de una novela de terror o de ciencia ficción, pero se hará realidad pronto con el primer trasplante de cabeza.
Cambiar de cuerpo puede ser la solución para los pacientes en situación más grave, para los que ya no pueden usar sus propios músculos ni nervios, o para los que el cáncer ha sido un obstáculo insuperable. El cirujano Sergio Canavero así lo piensa, y lleva defendiéndolo desde el 2013; evidentemente se trata de un procedimiento muy polémico no sólo por la dificultad que entraña y que pone en serio peligro la vida del paciente, sino por sus consecuencias éticas.
En lo que respecta a lo primero, Canavero ha publicado la técnica que quiere usar para el trasplante de cabeza, con la que quiere solventar los dos grandes desafíos de la operación: unir la espina dorsal y evitar que el sistema inmune del donante rechace la cabeza. La operación empezaría enfriando al paciente y el cuerpo del donante. Primero se encargaría del sistema circulatorio, abriendo el cuello y uniendo arterias y venas de un lado a otro con minúsculos tubos.
La gran dificultad de un trasplante de cabeza
Una vez que la circulación está asegurada, llegaría la parte en la que se cortan las médulas espinales; en este caso la clave estaría en hacer cortes limpios para las siguiente fases. A continuación se mueve la cabeza de paciente, ya separada de su cuerpo, al cuerpo del donante, y se unen los dos extremos de los nervios de la médula espinal.
Para ello se llenaría la zona de polietilenglicol, un compuesto químico que también sería inyectado en las horas siguientes y que hace que la grasa de las células contiguas se fusione, actuando de “cemento”. En estudios se ha demostrado que el polietilenglicol ayuda al crecimiento de los nervios en animales, pero también está la posibilidad de usar células madre.
Después de la parte más vital, “sólo” quedaría unir el resto del aparato circulatorio y los músculos. Canavero cree que el paciente sería capaz de hablar y sentirse la cara nada más despertarse del coma inducido de cuatro semanas, pero para poder caminar necesitaría al menos un año de rehabilitación, a pesar de los electrodos que regularían la médula espinal.
Por lo pronto ya tiene voluntarios para esta arriesgada operación, y el próximo Junio presentará oficialmente el procedimiento en la conferencia anual de neurología en EEUU, con vistas a iniciar la primera operación en 2017.