Los antipsicóticos podrían acortar la esperanza de vida en la demencia
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Según un nuevo estudio, los fármacos dirigidos a tratar los problemas de conducta de los pacientes con demencia podrían acelerar la muerte de estos pacientes más de lo que se creía.
Estos resultados del estudio publicado en la revista JAMA Psychiatry, dónde se estudiaron 91.000 veteranos americanos con demencia de edades superiores a los 65 años, dan más puntos negativos a los fármacos antipsicóticos como tratamiento para los delirios, alucinaciones, agitación y la agresividad que pueden tener lugar en algunos pacientes con enfermedad de Alzheimer y otras demencias.
Los investigadores, de la Facultad de Medicina de Michigan, compararon los datos de cada paciente que había tomado algún fármaco antipsicótico con los datos de un paciente similar que no los tomaba. Aquellos que sí los tomaban tuvieron un riesgo mucho superior de muerte, y entre ellos, el riesgo aumentaba con la dosis utilizada.
El estudio, por otra parte, también tiene en cuenta otros medicamentos utilizados en psiquiatría. El riesgo de muerte con el uso del ácido valproico (estabilizador del ánimo para pacientes bipolares) fue similar al de los antipsicóticos. Por otra parte, los antidepresivos tuvieron menos riesgo de muerte que los dos anteriores; pero el riesgo en comparación con los que no tomaban ningún fármaco psiquiátrico seguía siendo superior.
Como sabéis, los fármacos antipsicóticos tienen un riesgo bastante significativo de presentar efectos secundarios, y por ello se advierte que su uso en personas con demencia se asocia a un mayor riesgo de efectos cardiovasculares no deseados y riesgo de muerte.
Los antipsicóticos se siguen recetando para mejorar la calidad de vida
Así, los daños asociados al uso de éstos fármacos en pacientes con demencia son claros, pero los médicos siguen recetándolos debido probablemente a que la calidad de vida de estos pacientes sin ellos es bastante mala, aunque viendo estos resultados que hoy os presentamos deberían de controlar un poco más la dosis utilizada, y no recetarlos si no son realmente necesarios.
Los pacientes, sus familias y las personas que se encargan de ellos prefieren controlar los eventos relacionados con el comportamiento de estos pacientes, ya que son muy angustiantes.
Los resultados del estudio nos dan un enfoque en el que las terapias no farmacológicas (por ejemplo: estimulación cognitiva, entrenamiento cognitivo, rehabilitación cognitiva, relajación…) deberían de ir primero, pero esto lleva mucho más tiempo que prescribir una receta, por lo que el uso de este enfoque dependerá mucho de las políticas económicas de cada lugar. Es decir, el enfoque no farmacológico sólo tendrá éxito si nosotros como sociedad estamos de acuerdo en pagar por el tiempo de los profesionales necesarios para hacer las cosas “de forma correcta”.
Vía | PsyPost