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Estos físicos están locos: ¿Leyes, teorías o especulaciones?

9 abril, 2015 18:51

Los físicos, especialmente los teóricos, son auténticos genios con las matemáticas, el razonamiento lógico y la comprensión de las leyes de la naturaleza. Sin embargo a la hora de tener una conversación normal o poner nombre a las cosas, acaban haciéndose la picha un lío no siendo tan buenos y creando mucha confusión. Entre las ganas de darle un tono poético a las explicaciones y la complejidad de lo que intentan explicar, el resultado es en muchas ocasiones más difícil de entender que las ecuaciones correspondientes.

Uno de los problemas más grandes que hay al hablar de física es distinguir entre hechos perfectamente establecidos y conocidos, y especulaciones que matemáticamente encajan. Históricamente se destinguían por la etiqueta de “Ley” o “teoría”, pero a principio del siglo pasado la física vio expandidos sus horizontes y quedó muy claro que nada podía considerarse como un Ley absoluta. Por ejemplo la Ley de Gravitación Universal de Newton se demostró incompleta y fue sobrepasada por la Relatividad General. Cundió entonces entre la comunidad una corriente de cautela que hizo que desde ese momento la mayoría de logros físicos dejaran de llamarse Leyes y pasaran a ser principios, postulados o incluso, para liarlo más: teorías.

Teorías modernas: ¿Leyes o especulaciones?

De esta forma, en la física moderna tenemos una misma etiqueta “teoría” que sirve para referirse a especulaciones bonitas, como la teoría de cuerdas; pero que también identifica (quizás de forma errónea) lo que antes se habrían llamado leyes, como la de la Relatividad General. El problema de esto es que a veces, sobre todo fuera de ambientes académicos, da la impresión de que tienen la misma validez y eso es totalmente falso.

Luego además existen los principios que son verdades que carecen de una argumentación sólida que responda al “por qué ocurre así” pero que son ciertos en todos los casos; que tampoco pueden confundirse con los postulados, que son similares a los principios pero suelen además ser la base sobre la que se desarrolla la teoría o ley general que explica los fenómenos. Y por si fuera poco, todo esto que acabo de contar ni siquiera se sigue a “rajatabla”.

nebulosa

Así que al final descifrar lo que quiere decir un físico a partir de lo que dice es bastante complejo si no se tienen unos conocimientos previos sobre lo que está hablando. Es uno de los grandes problemas de los que adolece la divulgación científica y es más importante de lo que parece, puesto que mucha gente acaba dándole caracter de ley a una especulación como la teoría de cuerdas o desacreditando algo tan bien establecido y comprobado como las teorías cuánticas solo porque “son teorías”.

Distinguiendo leyes de especulaciones

Siempre encontraremos quien diga que la solución a esto es menos palabrería y más matemáticas (que esas sí son un lenguaje inequívoco) pero precisamente la divulgación va de explicar las teorías más complejas para que se entiendan (al menos por encima) sin tener que estudiar durante años sobre el tema. La solución real está en manos de los divulgadores, desde modestos blogs como este, hasta grandes ponentes como Carl Sagan o Neil deGrasse Tyson, que debemos hacer un esfuerzo por separar especulación de realidad igual que intentamos separar ciencia de superstición.

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Aún así, quiero aprovechar este artículo para dejar claras un par de ideas y dar a los lectores una pequeña regla que suele funcionar. La relatividad general (y especial) y la física cuántica son a día de hoy los conocimientos mejor establecidos y más comprobados que ha tenido nunca la humanidad y, aunque a veces se les llame teorías, deberían tener rango de leyes físicas universales.

En cuanto a discriminar qué ideas son especulación y cuáles realidades comprobadas lo mejor suele ser mirar a los experimentos. Si una idea viene refrendada por un experimento, esta tiene una alta probabilidad de ser realidad (salvo que alguien saque mal las conclusiones). Lo que es cierto es que mientras una idea no tenga un experimento detrás, no es más que especulación. En ciencia, como ya hemos repetido miles de veces, mandan los experimentos, manda la realidad.