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Identifican la región responsable del trastorno afectivo estacional

8 mayo, 2015 20:24

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El trastorno afectivo estacional (Seasonal Affective Disorder, SAD) es un trastorno anímico dependiente de la época del año. Concretamente se trata de un empeoramiento del estado anímico en los meses de invierno, es más frecuente en las mujeres y en países con poco sol, pero existe también en nuestro país.  Los síntomas son similares a los de un episodio depresivo tradicional solo que en estas personas los episodios se suceden siempre en la misma época del año y a consecuencia de ella.

Se sabe que la cantidad de luz solar recibida por la persona y la regulación de los ritmos circadianos influyen en el trastorno. También se han propuesto la serotonina y la melatonina como neurotransmisores involucrados en el fenómeno. Pero el mecanismo neurobiológico que subyace permanecía desconocido hasta hace poco.

Pues bien, resulta que por fin se ha encontrado el área cerebral que regula el fenómeno y se han demostrado las teorías.

El estudio:

Un grupo de biólogos de la Universidad de Vanderbilt han identificado los efectos estacionales del ciclo de luz que afectan al trastorno estacional, y han comprobado que los efectos se dan en la zona del núcleo dorsal del rafe.

Tanto en los ratones como en humanos esta área tiene neuronas especializadas encargadas de controlar los niveles de serotonina. Esta área también responde a los niveles de melatonina. Esto fue lo que les llevó a dedicar su estudio a esta región.

El estudio fue llevado a cabo en ratones. Para poder estudiar el fenómeno dividieron a los ratones en tres grupos:

  • El primer grupo fue concebido y criado en un ambiente con 16 horas de luz y 8 horas de oscuridad. Lo que vendría a representar lo que ocurre en los meses de verano.
  • El segundo grupo fue concebido y criado en un ambiente con 12 horas de luz y 12 horas de oscuridad. Algo similar a lo que ocurre en primavera y otoño.
  • El tercer grupo fue concebido y criado en un ambiente con 8 horas de luz y 16 de oscuridad.

Excepto por la luz los ambientes en los que nacieron y crecieron los ratones de los tres grupos eran idénticos.

El estudio investigó tres procesos:

1- Los efectos emocionales en los ratones:

Los científicos han desarrollado sistemas para evaluar cuando un ratón está deprimido o exhibe conductas depresivas. Un ejemplo es el test de nado: los ratones deprimidos tienden a rendirse más rápido y simplemente deciden flotar, mientras que los normales estarán buscando la salida y activados. Administrando esta y otras pruebas observaron que los ratones del grupo con ciclo de luz similar al verano desarrollaban menos conductas del tipo depresivo, mientras que los ratones de los otros dos grupos presentaban un mayor número.

La luz incide pues en la aparición de síntomas depresivos.

2- Análisis de zonas afectadas por el fenómeno:

Posteriormente analizaron los cerebros de esos ratones. Encontraron que en los ratones con ciclo de luz veraniega hay un mayor niveles de serotonina en la zona dorsal del rafe y las neuronas serotonérgicas disparan más rápido comparado con los otros dos grupos, también encontraron mayores niveles de norepinefrina, conocida por excitar las neuronas serotoninérgicas.

Los síntomas depresivos son causados por cambios en los niveles de serotonina en esta área, inducidos por la luz.

3- Efectos del cambio de entorno a posteriori de la exposición a la luz:

Otro descubrimiento interesante fue que si se cambiaba a los ratones de entorno, pasando de uno con muchas horas de luz a uno con menos, la tasa de disparo de las neuronas serotoninérgicas permanecía igual. Los periodos de luz estacional a los que está expuesto un ratón en las primeras etapas de su vida pueden tener un efecto a largo plazo en el comportamiento de las células serotoninérgicas. Si esto ocurre en humanos podría ser un factor de riesgo y modulación del trastorno afectivo estacional.

Los efectos en las células de la exposición prematura son persistentes y permanecen ante un cambio de ambiente.

4- La función de la melatonina:

Así mismo otro experimento que llevaron a cabo los investigadores fue modificar genéticamente a los ratones para eliminar un receptor de melatonina (receptor de melatonina 1) asociado a las neuronas serotoninérgicas, sin este receptor estas neuronas no podían responder a variaciones en los niveles de luz (melatonina). El resultado fue que estos ratones no mostraron diferencias en función del ambiente con más o menos luz en el que crecían. El efecto estacional desaparecía si se bloqueaba la acción de la melatonina.

La melatonina cumple un papel clave en la mediación entre la luz y las neuronas serotoninérgicas.

Fuente: Psypost.