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¿Por qué vale la pena vivir con autenticidad?

26 mayo, 2015 20:32

Ser fiel a uno mismo es el consejo que recibimos siempre de las personas que más nos quieren. Aunque parece una sencilla sentencia, no siempre es fácil, a veces por la educación recibida, por la sociedad que nos rodea, porque en el trabajo cuesta sempre ser uno mismo y porque a veces pesa más el sentido del deber . Y nunca nos preguntamos hasta qué punto esto puede afectarnos hasta que nos damos cuenta, en casos muy extremos, que hemos estado dejando de lado nuestra felicidad. Incluso hasta que la salud nos pasa factura.

Una nueva investigación llevada a cabo por investigadores de la Northwestern University, la Harvard Business School y la Columbia Business School sugiere que la autenticidad, es decir, vivir de acuerdo con nuestro sentido del yo, nuestras emociones y nuestros valores, puede ser tan fundamental que en realidad podríamos sentirnos inmorales e impuros cuando cuando la violamos. Este sentido de impureza, a su vez, podría llevarnos a participar en comportamientos de caridad como una manera de limpiar nuestra conciencia. Los resultados se han publicado en la revista Psychological Science.

Previo al estudio, los investigadores sospechaban que la falta de autenticidad podría tener consecuencias psicológicas similares a comportamientos inmorales como la mentira o el engaño, ya que ambos tipos de comportamientos constituyen una violación de la autenticidad, ya sea hacia los demás o hacia uno mismo. Es decir, cuando por ejemplo mostramos una falsa emoción para algo que no queremos hacer, o tratamos de encajar con una multitud que no comparte nuestros valores, estamos mintiendo acerca de nuestro verdadero ser. En base a esta suposición, los investigadores plantearon la hipótesis de que la falta de autenticidad también debería producir sentimientos de angustia moral e impureza.

Sentimientos de impureza

Los participantes, divididos en dos grupos, tuvieron que hablar sobre un momento en el que faltaron a su verdadero yo y otro momento en el que se sintieron auténticos. Con respecto al momento no auténtico, los voluntarios confirmaron sentirse más impuros, sucios o contaminados que los que tuvieron que informar sobre el otro momento. También informaron de baja autoestima, menos generosidad y cooperación.

¿Y qué hacemos con estos sentimientos tan negativos? Pues tratar de limpiarlos, y casi literalmente. ¿Quién no se ha duchado alguna vez para sentirse mejor tras un mal momento de este tipo? Este comportamiento fue confirmado por los investigadores en el mismo trabajo. Los que mostraron comportamientos más alejados del verdadero yo mostraron más propensión a participar en conductas de “limpieza”.

Después de estas pruebas, los investigadores pidieron a cada participante que les ayudaran con una última encuesta de 15 minutos. Los que recordaron momentos no auténticos en su vida eran más propensos a regalar su tiempo para rellenar la encuesta, al contrario que los que recordaron momentos “auténticos”.

Desde un punto de vista psicológico, los investigadores creen que esto podría significar que los farsantes, tramposos y mentirosos podrían ser más propensos a realizar buenas acciones para compensar su conducta inmoral.

Fuente | Medicaldaily