Consiguen capturar el momento en el que se forma una idea en el cerebro
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La formación de una idea en el cerebro es un momento verdaderamente complejo, y por ello difícil de identificar a la hora del escaneo cerebral. Sin embargo, y por suerte, la tecnología actual ya nos permite poder ver estos momentos, y precisamente este tipo de avances pueden ayudarnos sobremanera a mejorar ámbitos como la educación o el estudio, manejo y tratamiento de diversas enfermedades cerebrales.
En el caso de hoy, el avance lo ha llevado a cabo la Universidad Carnegie Mellon, cuya investigación ha logrado “fotografiar” la formación de una idea en el cerebro.
La captura de una idea en el cerebro ya es posible
El estudio, publicado en Human Brain Mapping, involucraba el aprendizaje por parte de un grupo de voluntarios del hábitat y dieta de ocho animales como el cytar (nombre técnico del animal de la imagen superior). Por una parte, se logró ver cómo se formaba la idea o recuerdo del “hábitat” (en verde) y de la dieta (rojo y azul). En definitivas cuentas, se pudo capturar la formación de ideas en el cerebro.
La investigación consistía en enseñar un nuevo concepto y observar cómo se iba codificando a nivel cerebral, es decir, cómo se representaba neuralmente. En este caso el concepto era un animal y sus costumbres de hábitat y dieta, y por lo visto recordar o formar la idea de estos diferentes conceptos involucraba varias áreas cerebrales como la región izquierda del giro frontal inferior, donde se almacenarían las ideas en forma de recuerdos.
Podríamos pensar que cada participante usaría unas áreas o zonas del cerebro para idear y recordar cada concepto, pero el estudio confirma que todos los participantes usaban las mismas partes del cerebro para “aprender” estas ideas, lo que indica que el cerebro opera a modo de sistema de archivo universal, y lo usamos todos de la misma forma.
La activación cerebral en la formación de ideas
En la investigación participaron 16 participantes, a los cuales se les enseñó la información anteriormente mencionada (dieta y hábitat de ocho animales, extintos todos), con el fin de poder ver cómo se representaban esas ideas en el cerebro. Con los conocimientos de estudios anteriores, el equipo ya predecía que zonas cerebrales se usarían para almacenar estos conceptos.
Para poder capturar la formación de una idea en el cerebro, los investigadores usaron resonancia magnética funcional (fMRI), para poder así supervisar el desarrollo de los conceptos a nivel neural, llegando a detectar que cada nuevo concepto tenía una firma de activación única. Así, el programa informático pudo ser más eficaz e identificar incluso qué animal en cuestión pasaba por la mente de cada participante. En otras palabras, se podía “leer la mente” de los participantes del estudio, aunque de forma aún rudimentaria.
Como curiosidad, resultó que aquellos animales con similitudes entre ellos (como el hábitat) parecían tener firmas de activación estrechamente emparejadas, y una vez se aprendía la propiedad de alguno de los animales, esa firma quedaba intacta en el cerebro incluso tras aprender nuevos conceptos (en otras palabras, se pudo ver la eficacia de la memoria).
Los investigadores esperan que estos y otros futuros estudios puedan mejorar los métodos de enseñanza y aprendizaje escolar, además de poder ganar conocimientos acerca de cómo se ganan o pierden funciones cognitivas tras lesiones cerebrales graves o enfermedades neurodegenerativas como la demencia o el Alzheimer.
Vía | Wired.
Fuente | Human Braing Mapping.