La parálisis o la movilidad limitada no solo reducen las capacidades físicas, sino que además afecta considerablemente a nuestra facultad social. No poder expresar lo que queremos con claridad nos aleja del resto de personas que conforman nuestro día a día. Lenguaje de signos, el braile, o los teclados con sonido, son algunas de las herramientas que nos han permitido reducir esa distancia, sin embargo, existen aun ciertas barreras que no se han logrado superar en personas con una movilidad muy limitada.

Un equipo de la Defitech Foundation Chair in Brain-Machine Interface (CNBI), encabezado por José del R. Millán, ha diseñado un revolucionario dispositivo cerebral que le facilitaría tareas tanto sociales como físicas al discapacitado consistente en un robot controlado por pensamientos.

Superando obstáculos

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9 personas discapacitadas, y 10 sanas en Italia, Alemania y Suiza, formaron parte de la tarea de pilotar un robot con sus pensamientos. Durante varias semanas, los sujetos llevaran un gorro con electrodos para analizar la actividad cerebral. Posteriormente, se instruyó al robot en movimientos, mediante la transmisión a tiempo real de instrucciones vía Internet desde cada hogar.

El robot, localizado en el laboratorio del Ecole Polytechnique Fedérale de Lausanne (EPFL), pudo grabar al tiempo que se movía su trabajo mientras portaba una pantalla con la persona vía Skype. La persona que lo controlaba pudo interaccionar con todo lo que el robot se encontraba. Y la cosa es aun mejor, pues las 9 personas que padecían de discapacidad fueron capaces de aprender a controlar el robot en apenas 10 días de entrenamiento.

La interfaz del robot está diseñada para evitar obstáculos por el mismo, incluso cuando no se le ordena. Para evitar que el piloto se canse, también posee una predicción de indicaciones que actuaría como piloto automático. Al finalizar el experimento, las pruebas no mostraron diferencia alguna entre lo recogido de personas sanas y discapacitadas.

Discapacidad

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Los excelentes resultados de esta investigación los ha llevado a formar parte del proyecto Europeo conocido como TOBI (Tools for Brain-Computer Interaction), el cual comenzó en 2008. Pero los investigadores no son los únicos que aportan su grano de arena en la batalla por la inclusión de personas con discapacidad, pues son ellas mismas, las que muestran que no existen barreras al participar en deportes cuya limitación no le permitiría, llevar una vida rutinaria y desarrollar capacidad sociales más sólidas que la de muchas personas sanas.

¿Acabarán los robots formando parte del día a día de las personas con discapacidad? Esperemos que sí, pero por el momento solo podemos esperar que las empresas apoyen esta idea y le propicien del merecido impulso que necesita este proyecto.

Fuente | EPFL