La empatía tiene sus propias áreas cerebrales
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La empatía, a la par que otros factores propios de la personalidad, es algo difícil (incluso imposible) de medir mediante algún tipo de medida física. A nivel emocional y subjetivo podemos verlo, pero no cuantificarlo. Al ser un elemento psicológico las cosas son un poco complejas en ese aspecto. Sin embargo, ¿qué os parecería poder medir algo así mediante neuroimagen?
Por lo visto esa pregunta se hicieron los científicos de la Universidad de Monash, y el resultado fue curioso: Los tipos de empatia otorgan cerebros diferentes físicamente.
La empatía y el cerebro
Según estos científicos, el hallazgo plantearía algunas hipótesis, como la posibilidad de que la empatía pueda aumentar con el tiempo (dando lugar a cambios físicos a nivel cerebral), o que incluso podríamos ver desaparecer dicha empatía con el tiempo.
Centrándonos un poco en los diferentes tipos, los investigadores encontraron que las personas con “empatía afectiva” tienen una fuerte respuesta emocional frente a los sentimientos o pensamientos de otra persona, ya que la materia gris de estos individuos es más densa en una región cerebral determinada en comparación con aquellos que expresan “empatía cognitiva“, es decir, individuos que tienen una respuesta más lógica a otro estado emocional (y menos sentimental).
Así lo comenta Robert Eres, co-autor del estudio:
“Las personas que tienen gran pare de empatía afectiva son a menudo los que sufren más el miedo frente a una película de terror, o que lloran fácilmente frente a una escena triste. Los que, por su parte, poseen empatía cognitiva tienen a ser más racionales, como sucede cuando un psicólogo clínico aconseja a su paciente”
Para llegar a estas conclusiones, los científicos estudiaron a 176 individuos usando una técnica de neuroimagen denominada “morfometría basada en voxel”, donde se analizaba la densidad de su materia gris cerebral. El objetivo era determinar el grado de empatía afectiva o empatía cognitiva de los participantes.
La densidad de materia gris, clave para diferenciar la empatía
Los hallazgos del estudio fueron que aquellos con una alta empatía afectiva tenían una mayor densidad de materia gris en la “corteza insular“, justo en el centro del cerebro. Por otra parte, aquellos que tenían una alta empatía cognitiva también tenían una mayor densidad de materia gris en la “corteza mediocingular“, justo encima de la conexión entre ambos hemisferios cerebrales.
La conclusión de los investigadores es que la empatía podría llegar a perderse o alterarse si las zonas cerebrales anteriormente mencionadas se lesionan o modifican. También explicaría porque hay individuos que no tienen empatía, u otros que la tienen en exceso.
“En conjunto, estos resultados validan el hecho de que la empatía es un conjunto de componentes, lo que sugiere que la empatía afectiva y la empatía cognitiva están representadas y diferenciadas morfológicamente a nivel cerebral”
Vía | IFLS.
Fuente | NeuroImage.