Sorpresa: Las arañas también pueden nadar
¿Las arañas pueden nadar? Pues por lo visto sí, según afirma un reciente estudio donde ha tenido participación una de nuestras preciadas universidades españolas, la Universidad de Granada, junto a un equipo internacional de investigadores. Según sus hallazgos, las arañas tienen más habilidades de las que ya se conocían hasta ahora. No solo pueden andar y saltar (obviamente), sino que ya sabíamos que algunas podían incluso volar, y ahora sabemos que… pueden nadar.
Las arañas pueden nadar
La noticia, según la Agencia SINC y publicada en la revista BMC Evolutionary Biology, afirma que las arañas son capaces de desarrollar comportamientos acuáticos y, gracias a sus patas y abdomen, adoptar posturas tan extrañas que podrían aprovechar el viento y convertirse en algo similar a un velero orgánico. Curioso, como poco.
Así lo comenta Mohamme Bakkali, del departamento de genética de la Universidad de Granada y uno de los coautores de la investigación:
“Esta tolerancia y las habilidades que tienen en el agua es lo que atenúa el riesgo que para estos insectos conlleva volar de esa manera tan descontrolada. Todos hemos asistido alguna vez a la impresionante lluvia de telas de araña que, brillantes, parecen caer del cielo y de la nada, como ya anotó Darwin cuando estaba en mitad del océano durante su viaje en el Beagle. Este artículo supone la resolución de uno de los grandes misterios de la Naturaleza”
Por lo visto, Darwin ya empezó a vislumbrar que las arañas pueden nadar, o al menos así lo reflejaban algunas de sus anotaciones. Hace tiempo que los estudios comentan el hecho de que algunas especies de arañas aprovechan las corrientes de viento gracias a sus telas que, a modo de parapente, las hacen elevarse y poder viajar a varios kilometros de distancia. Es su forma de conquistar nuevos mundos y buscar recursos. Son muy listillos estos bichitos, y por ello no es tan raro encontrarlos en casi cualquier rincón del planeta.
Eso sí, los investigadores opinan que su método de surcar los cielos es un poco particular y “al azar”, pues el control lo lleva el viento y no el propio insecto.
“Sin embargo, este peculiar modo de vuelo resultaba desconcertante, debido al gran riesgo que supone para la araña voladora. Al no tener alas, las arañas voladoras lo hacen a merced de las ‘ganas’ del viento. Vuelan en la dirección que el viento tome y su viaje termina cuando el viento pierde fuerza. Este no control de la dirección de vuelo y punto de aterrizaje es el que conlleva riesgo”
Pero ahora la cosa ya no se queda aquí, pues aunque son animales terrestres, nuestro planeta se compone de dos tercios de superficie acuosa. Al poder volar, su pista de aterrizaje de tierra firme es reducida si pensamos en esto, y por ello es lógico pensar que la selección natural haya dejado que desarrollen comportamientos acuáticos para poder salvaguardar la especie.
Vía | Agencia SINC.
Imagenes | Alex Hyde.