Un "marcapasos cerebral" para tratar enfermedades mentales
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Poco a poco, el tratamiento de las enfermedades mentales va avanzando y diversificándose. En un principio sólo se disponía de la psicoterapia, la cual tiene mala fama en algunos ámbitos pero ha demostrado un gran potencial en algunos trastornos actuales. Por otra parte tenemos los antidepresivos, que por desgracia funcionan mejor en unas personas que en otras.
Y, en los últimos años, parece estar popularizándose el uso de la Estimulación Cerebral Profunda (o DBS en sus siglas inglesas), aplicándose tanto a enfermedades neurodegenerativas como trastornos mentales, como bien son el Parkinson, la esquizofrenia, la depresión, el dolor crónico…
Un marcapasos cerebral a base de estimulación eléctrica profunda
El proceso de este “marcapasos cerebral” consistiría en la inserción de dos electrodos a nivel profundo en el cerebro que, mediante impulsos eléctricos regulares, afectarían a una región específica de nuestro órgano pensante. Según los investigadores este método tiene la capacidad de estabilizar emociones y pensamientos, y su uso podría extenderse a medida que las investigaciones logren éxitos en sus objetivos.
El proceso se conoce desde 1980, pero es ahora cuando está cobrando más fuerza. En primera instancia se usó como último recurso contra el Parkinson y el dolor crónico, pero se ha ido adaptando a otros trastornos como la depresión. El primer estudio data de 2003, donde 4 de 6 pacientes con depresión redujeron significativamente sus síntomas tras seis meses de tratamiento, y dichas mejoras duraron hasta un año. Evidentemente es una muestra de estudio muy pequeña, pero ya nos daba pistas de cómo podía funcionar este marcapasos cerebral.
Actualmente uno de los centros de investigación que más ha invertido en la investigación de la DBS se encuentra en Toronto (Canadá). Hoy en día están tratando con este método a 58 pacientes, y los estudios más recientes indican que están aprovechando gran cantidad de estos datos para poder considerar esta especie de marcapasos cerebral como un buen método de tratamiento a largo plazo. Además, existen estudios que indican que este mismo método podría incluso hacer a nuestro organismo más receptivo a otros tratamientos.
El proceso no implica abrir de par en par nuestro craneo, ni mucho menos, sino abrir un par de pequeños orificios a modo de trepanación para poder insertar los electrodos. Por su parte, los generadores de energía se implantarían debajo de la clavícula, donde pueden permanecer años hasta que se agote la batería.
La última petición por parte de los científicos al respecto de este marcapasos cerebral es poder usarlo como tratamiento posterior a un accidente cerebrovascular, pudiendo así compensar el daño potenciando las regiones sanas del cerebro. Veremos si en un futuro es posible, pues ahora al menos sabemos cómo se autorepara el cerebro tras un ictus.
Vía | Science Alert.