¿Qué es el vampirismo clínico?
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Hoy vamos a hablar de un caso extraño, el caso de las personas que creen ser vampiros. Este síndrome es conocido como vampirismo clínico o síndrome de Renfield. Como podemos imaginar los casos son puntuales y este tipo de diagnósticos (por qué se considera una enfermedad mental) no aparecen en ningún manual diagnóstico reconocido actual (no se incluyen ni en el DSM ni en la CIE-10). Sin embargo de tanto en cuanto aparece algún caso y si nos metemos por Internet abundan las descripciones del síndrome.
El nombre de Renfield otorgado al síndrome viene del personaje del libro “Drácula” que seguía a este vampiro. El término era acuñado y utilizado por primera vez en 1992 en el libro de Richard Noll, aunque este lo utilizara como parodia, el término ha quedado marcado para hablar de este tema. Sin embargo existen referencias anteriores a este trastorno, constatándose como una de las primeras en 1886 el término “Psychopathia Sexualis” descrita por el psiquiatra alemán Richard van Krafft-Ebing.
El motivo de que este trastorno no aparezca en las características diagnósticas actuales se debe a que estas permiten incluir este tipo de alteraciones conductuales en otras categorías, por ejemplo en la de parafilia o en la de esquizofrenia, incluso en trastornos disociativos, y por supuesto los casos que aparecen son pocos.
¿Cómo es este trastorno?
De acuerdo con los informes históricos en la literatura psiquiátrica antigua la condición comienza con un acontecimiento clave en la infancia que causa la experiencia de la lesión arterial o la ingestión de sangre se vea como algo excitante. Después, en la pubertad, esta emoción se convierte en excitación sexual. A lo largo de la adolescencia y la edad adulta la sangre, su presencia y su consumo también puede estimular una sensación de poder y control. Noll especuló que el síndrome de Renfield comienza con autovampirismo y luego avanza al consumo de la sangre de otras criaturas. La mayoría de sujetos que lo sufren son hombres. Así pues el síndrome surge en tres etapas:
- Autovampirismo o autohemofagia: El paciente bebe su propia sangre (a menudo hiriéndose con el fin de hacerlo).
- Zoofagia: Consiste en comer animales vivos o beber su sangre. La obtención de sangre de animales de un carnicero o matadero para su consumo también entra en esta etapa.
- Vampirismo: La atención se vuelve hacia los demás seres humanos. Pueden robar la sangre de los hospitales o bancos de sangre o incluso beber sangre directamente de una persona viva. Algunas personas con síndrome de Renfield cometen delitos violentos (entre ellos asesinato) después de entrar en esta etapa. Si os interesa el tema aquí tenéis el enlace a una lista de los 10 crímenes vampíricos más conocidos.
Este cuadro se caracteriza por beber sangre de forma compulsiva periódicamente, sentir afinidad con la muerte y tener una identidad incierta. Definiciones más amplias del término llegan a incluir conductas como el canibalismo, la necrofilia o el sadismo. Otros lo describen como el acto de extraer sangre de un objeto (normalmente un objeto de amor) y obtener por ello excitación sexual y placer. Recientemente (bueno, no tanto ya que hablamos de 1983) Hemphill y Zabow intentaron describir el trastorno basándose en el “moderno” mito de los vampiros, encontrando en muestras que estos sujetos rechazan características asociadas por la sociedad con ellos, como el profanar tumbas, violar cadáveres, comer carne humana o tener relaciones sexuales con los vivos. Su muestra clínica no expresó ningún interés en el sexo, y la ingestión de sangre representó una conducta totalmente compulsiva, un comportamiento que trajo alivio mental al participante que no mostraba ninguna capacidad de comprender la experiencia o atribuirle ningún significado.
Términos relacionados:
Hematomanía: Un fuerte deseo psicológico de sangre.
Hematofília: Una atracción erótica con el gusto, la vista o el olor de la sangre.
Hemosexualidad: Una fuerte relación entre la sangre y la sexualidad, incluyendo pero no limitándose al fetichismo.
Hematodipsia: Una forma más fuerte, más convincente de hematofília.
Fuente: Clinical Vampirism: Blending Myth and Reality, Wikipedia, Psychology Today.