¿Y si recibir un poco de radiación fuese beneficioso para nosotros?
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Tendemos asociar “radiación” con “mortalidad”. Y no es para menos, accidentes de la talla de Fukushima, Chernobyl o las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki nos han dejado una fuerte marca de dicha asociación. Por otra parte, tendemos a pensar que la radiación tan solo se encuentra en ciertos lugares, como los aparatos de pruebas médicas hospitalarias, cuando la realidad es que recibimos radiación ambiental a diario.
Pero, ¿y si la radiación colaborase en nuestro bienestar? Puntualizo, pequeñas dosis de radiación, pues los accidentes nucleares con grandes y terribles dosis sabemos que implican mayor riesgo de mortalidad o enfermedades a largo plazo.
La radiación consigue aumentar la esperanza de vida… en moscas de la fruta
Algo así debieron pensar los investigadores del Instituto de Física y Tecnología de Moscú, pues su reciente trabajo publicado en PloS ONE firma que pequeñas dosis de radiación podrían aumentar la esperanza de vida. De momento, en moscas de la fruta, pero hay evidencias de que el fenómeno no estaría limitado a estos insectos.
En el estudio se buscaba investigar el concepto de hormesis, es decir, la situación donde un ligero estrés “poco saludable” para el organismo provoca un aumento paradójico de la salud y la esperanza de vida.
En el experimento, se expuso a 2.000 moscas de la fruta a dosis de 0.05 a 0,4 grays de radiación (bajas dosis) y… ¡sorpresa!, se consiguió aumentar hasta una semana su esperanza de vida (lo cual es mucho tiempo si tenemos en cuenta que su media de esperanza de vida son solo dos meses). De media, la radiación a bajas dosis aumentaba la esperanza de vida de las moscas hembra hasta un 7,6% y en moscas macho hasta un 3,4%.
Como apuntábamos al principio, hay evidencias de que el fenómeno no se limitaría solo a moscas, pues en la pasada década del 2000 hubo un escándalo en Taiwán: Se descubrió que se estaba usando acero contaminado con cobalto-60 en la década de 1980 como material de construcción. Sin embargo, y de forma paradójica, las diez mil personas expuestas a estas radiaciones con una potencia 1.000 veces superior a la radiación ambiental tenían tasas más bajas de cáncer que la población general.
De todas formas, de momento no parece buena idea auto-aplicarnos dosis de radiación con el objetivo de vivir más. Una dosis de 1000 grays de radiación mataría a un humano de forma inmediata, pero tan solo acorta levemente la vida de un mosca dela fruta. En otras palabras, la tolerancia a la radiación depende de la especie, y de todos modos los investigadores del experimento no están muy interesados en comprobar este efecto paradójico en personas, sino que más bien tienen curiosidad sobre cómo ocurre el fenómeno.
Vía | io9.
Fuente | PloS ONE.