Los 6 errores que cometes durante el cepillado de dientes
El hecho de cepillarte los dientes, teniendo en cuenta que se realiza entre 2 y 3 veces al día como mínimo, debería ser fácil y tener un método estándar a realizar cada día de forma adecuada. Sin embargo en un artículo reciente ya os dimos algunos consejos al respecto para mantener una correcta salud bucodental, y probablemente muchos de ellos no los cumplíais. Hoy vamos a poner el punto de mira justo en el acto del cepillado más que los consejos generales, veamos si incumplís alguno (y os animamos a tenerlo en cuenta a partir de ahora):
1. El cepillado, en el momento del día adecuado
El cepillado SIEMPRE debe ser tras la comida, y no antes. Sobre todo por la noche, el cepillo de dientes debe ser lo último que pase por tu cavidad oral, como bien indica el profesor Edmundo R. Hewlett de la Escuela de Odontologia de la UCLA al portal web Prevention.
Tomar algún bocado nocturno aumenta sobremanera el riesgo de caries, pues dichos trocitos de alimento se quedarían toda la noche entre los dientes. El cepillado debe ser, mínimo, dos veces al día, tras el desayuno y tras la cena como poco. La duración ideal es de 2 minutos, dejando unos 30 segundos para cada cuadrante de la boca (dientes superiores e inferiores, divididos en lado izquierdo y derecho).
2. El cepillado, con el cepillo adecuado
Como ya sabéis, existen diferentes durezas de cepillos. El cepillo ideal es el de cerdas suaves, que pueden deslizarse también por la zona limite entre los dientes y las encías para eliminar trocitos de alimento pegados allí. Si no retiramos la placa, esta se acumula, provocando enfermedades dentarias y de encías. Si usásemos cepillos medios o duros podríamos cometer el error de presionar demasiado esta zona tan delicada, provocando heridas a las encías y exponiéndolas a las bacterias.
3. El cepillado, siempre junto a un buen enjuagado
Tan solo hacer gárgaras y escupir la pasta dental que se ha quedado en nuestra boca no elimina completamente todas las posibles bacterias. Para acabar totalmente con los productos dañinos lo mejor es usar un buen enjuague bucal sin alcohol y con peróxido de hidrógeno que podemos encontrar en cualquier supermercado o farmacia de confianza. Si no tenemos uno a mano por lo que sea, al menos se recomienda un enjuagado adicional con agua, y no solo escupir la pasta dental.
4. El cepillado, con la técnica adecuada
Tan solo cepillarse los dientes de arriba a abajo en línea recta no es lo correcto. Debemos colocar el mango del cepillo de tal modo que las cerdas apunten en un ángulo de 30-45 grados cuando toquen las encías. Posteriormente, giraremos la muñeca en un movimiento circular para eliminar eficazmente la placa, según nos indica el profesor Hewlett. Cuando cepillamos por la zona posterior, debemos cepillar de forma vertical para llegar a todo el diente, prestando atención especial a esta zona pues es donde más se esconde la placa dental.
5. El cepillado, con el reemplazo de cepillo adecuado
La recompendación general es cambiar de cepillo a uno nuevo cada 3 o 4 meses como máximo, ya que un cepillo puede llegar a contener más de 10 millones de bacterias según algunos estudios. Las cerdas desgastadas ya no son tan eficaces. ¡Ah! Y si hemos estado enfermos recientemente, hay que cambiar el cepillo inmediatamente, pues las bacterias y/o virus de dicha enfermedad podrían quedarse en el cepillo y volver a infectarnos posteriormente.
6. El cepillado, igual de importante en toda la boca (y no solo en los dientes)
Finalmente tenemos el gran error de los errores: Prestar atención solo a los dientes, olvidando el resto de la boca. El cepillado debe extenderse a otras zonas de la boca, como la lengua. Por ello, también debemos prestar atención a estas zonas durante el cepillado, pues a las bacterias también les gusta quedarse escondidas entre las papilas gustativas.
Vía | Prevention.