¿Podremos comunicarnos sin hablar en un futuro?
Esto de leer la mente nos suena a cuento chino, a seudociencia sin ningún tipo de fundamento científico. ¿Pero que pasaría si nos dijeran que científicamente es posible? ¿Podría realmente existir la posibilidad de intercambiar información entre dos cerebros sin hablar?
Pues podría ser, según un equipo de investigadores de la Universidad de Washington. En un trabajo en el que han experimentado con señales eléctricas enviadas por internet han descubierto que podría ser posible vincular el cerebro de dos personas separadas, en dos lugares separados, de tal modo que una de ellas pueda averiguar lo que está pensando la otra. Los investigadores han mostrado los resultados de este curioso trabajo en la revista PLOS ONE.
Lo han hecho mediante la digitalización de la actividad nerviosa eléctrica asociada a los pensamientos de una persona, la posterior traducción de dichos pensamientos en una señal específica y, por último, la transmisión de la señal por internet, a través de patrones que el cerebro de otra persona pueda comprender. Todo esto sin decir ni una sola palabra.
Los investigadores han dejado claro, si bien han realizado un intercambio de información muy simple, éste constituye un gran paso adelante y un fundamento muy sólido sobre el que poder construir.
Preguntas y respuestas
En un trabajo anterior, el mismo trabajó con la activación de señales cerebrales de un individuo para motivar el movimiento de la mano de otro individuo situado en un lugar separado. A partir de este trabajo, la última investigación emparejó aleatoriamente a 10 hombres y mujeres, a los que colocaron a 1,6 kilómetros de distancia entre ellos. No podían ni verse ni escucharse, y todos ellos estaban conectados a una máquina similar a un EEG.
El experimento consistió en un juego de preguntas y respuestas. Un participante pensaba en un objeto (por ejemplo, un perro) perteneciente a una determinada categoría (animales), mientras que la otra persona enviaba preguntas por internet para intentar averiguar de qué objeto se trataba. La persona que pensaba en el objeto sólo podía responder prestando atención a una luz parpadeante que indicaba “sí” o “no”, ya que en cada respuesta se generaba un tipo ligeramente distinto de actividad neural.
Las respuestas de “sí” o “no” eran, a su vez, digitalizadas y enviadas de vuelta a la corteza visual del cerebro de la persona que preguntaba a través del EEG. Una vez recibidas, las señales del “sí” desencadenaban percepciones de un parpadeo rápido de la luz, y las respuestas del “no” no lo hacían. Entonces se pidió a los que hacían las preguntas que interpretaran las respuestas, después de informales de que el parpadeo de la luz significaba “sí”.
Tras 20 intercambios de preguntas y respuestas, los investigadores observaron que los participantes fueron capaces de identificar correctamente los objetos más del 70% de las veces. También descubrieron que las personas comprendieron correctamente las respuestas el 93% de las ocasiones.
Fuente | Medline