Si tu abuela fumaba, tienes más probabilidades de sufrir asma
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Sufrir asma no es algo banal, ni muchísimo menos. Esta enfermedad pulmonar cuya prevalencia ha aumentado exponencialmente en las últimas décadas tiene cierta base genética, pero puede que otros factores ambientales que afectasen a generaciones anteriores tengan algo que decir.
Con factores ambientales me refiero al tabaco, pero no en la persona que sufre asma, sino en sus abuelas. Y no, no es nada descabellado, pues esa es la conclusión a la que ha llegado un reciente estudio presentado en el Congreso Internacional de la Sociedad Respiratoria Europea de 2015 celebrado en Amsterdam (Holanda).
Sufrir asma, más probable si tu abuela consumía tabaco en el embarazo
El estudio, a cargo de los investigadores de la Universidad de Melbourne, llegó a la conclusión de que había una relación significativa entre las mujeres que fumaban durante el embarazo y el hecho de sufrir asma en sus nietos. En otras palabras, la exposición al tabaco no afectaría directamente al feto sino que se saltaría incluso una generación.
Las exposiciones ambientales han sido el blanco de muchas investigaciones para explicar el asma, pero ahora los investigadores han empezado a buscar más allá, en generaciones anteriores a la del paciente asmático, llegando a vislumbrar que la culpa la tendrían las abuelas fumadoras. Al menos así lo describe este nuevo estudio realizado en Suecia, donde se investigó a 44.853 abuelas que figuraban en el Registro de Suecia de 1982 a 1986. Se monitorizó la exposición a tabaco durante el embarazo de las abuelas, y el posterior uso de medicamentos contra el asma en sus nietos, registrando a 66,271 individuos descendientes.
Según los resultados, los nietos de estas abuelas tenían entre un 10% y un 22% más de riesgo de sufrir asma si las abuelas fumaron durante el embarazo, incluso si sus madres no sufrían la enfermedad.
La epigenética se salta una generación en el asma
Sabemos que la exposición ambiental al tabaco puede modificar los genes mediante un proceso denominado “epigenética“, y ahora cada vez son más los cambios descritos por dicha epigenética que llegan a saltarse generaciones, o que permanecen latentes y se activan en generaciones futuras. Y esta podría ser una explicación perfectamente aceptable para el asma y el tabaco; y también podría explicar otras enfermedades.
Como bien comentan los autores, es importante conocer las exposiciones nocivas que puedan darse en nuestra generación, teniendo en cuenta sus efectos en las generaciones futuras.
Además, este salto generacional epigenético podría explicar por qué el 98% de las enfermedades hereditarias de origen desconocido no siguen una transmisión totalmente genética o mendeliana. En otras palabras, no solo importa que una enfermedad genética se produzca y se transmita generación tras generación, sino que un factor ambiental nocivo que nos afecte ahora puede cambiar nuestros genes (epigenética), y provocar una enfermedad que posteriormente puede heredarse, pero tras el paso de una o más generaciones, sin explicación aparente.
Vía | AlphaGalileo