Universo lento, porque toda la paciencia del mundo no siempre es suficiente

Vivimo en un Universo lento, al menos desde nuestra perspectiva. En los poco menos de 100 años que vivimos el Universo no cambia significativamente. Por poner ejemplos la vida de una estrella es entre millones y decenas de miles de millones de años, la Tierra lleva formada 4.500 millones de años y la edad del universo son 13.820.000.000 años. Ninguna de estas cifras es comparable ni siquiera al tiempo que llevamos los homo sapiens en la Tierra. Con un universo tan lento, ¿cómo podemos saber tanto sobre él en tan poco tiempo?

Apenas llevamos 2000 años mirando al cielo intentando entenderlo de una forma racional y ya somos capaces de estimar la edad de cualquier cuerpo visible, la distancia a la Tierra, su composición…  Y más aún somos capaces de entender cómo se forma una estrella, cómo es su vida y su muerte, los distintos tipos de muerte que pueden tener y por qué se produce cada uno de ellos, resulta increíble, ¿no os parece? Bueno, hay varios forma de explicar tanto conocimiento en un universo lento como el nuestro.

¿Realmente sabemos tanto?

Si preguntamos a cualquier astrofísico o cosmólogo nos dirá que no, que realmente no sabemos nada sobre este universo lento en el que vivimos. La mayor parte de lo que sabemos son teorías sin una contrastación empírica detrás como la que se requiere en física de partículas. Aún seguimos sin tener ni idea de lo que es la materia ni la energía oscura, existen grandes misterios sobre la formación y los “primeros pasos” de este universo lento en el que vivimos.

Pero tampoco hay que ser alarmistas, debemos tomarnos este “desconocimiento” con un grano de sal, que dicen los anglosajones. La astronomía no lleva ni 100 años mirando más allá de nuestra galaxia y en el último siglo hemos conseguido descubrir cómo de grande es el Universo, cómo de viejo, y darnos cuenta que es un universo dinámico aunque también un universo lento. Y para ser un universo tan lento, sabemos mucho, tanto que nadie hace 150 años podía siquiera imaginarse todo lo que hoy sabemos.

El tamaño sí importa en nuestro Universo lento

Un universo lento como el que tenemos nosotros sería imposible de estudiar si no fueran tan grande como nuestro Universo. Más concretamente lo que hace posible estudiar el Universo es la cantidad de cuerpos y formaciones que existen. Con tantísimos cuerpos presentes en el Universo es fácil encontrar cuerpos en todas las etapas y fases de su vida astral. Las probabilidades de que exista algún fenómeno que no esté ocurriendo en este universo ahora mismo son insignificantes.

Así pues, basta con mirar con suficiente cuidado por todo este Universo lento encontraremos una estrella formándose, una supernova apunto de explotar y otra recién explotada, encontraremos galaxias y agujeros negros chocando entre ellos… Con todo esto uno puede hacerse una idea de cómo son los ciclos de vida y la ocmposición del universo. Gracias a estos datos y a gente con un ingenio sobrenatural, hemos conseguido predecir la edad del universo, detectar  lo indetectable y entender la vida de una estrella en menos de 100 años; una maravilla.