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La depresión prolongada afecta a la memoria

26 noviembre, 2015 16:34

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Los pensamientos tristes y melancólicos son un elemento presente en la vida cotidiana de aquellas personas que padecen depresión. El número de casos actuales de este trastorno no deja de aumentar, y es que pese a que muchos de los afectados decidan tratarlo con ayuda profesional, también éstos corren el riesgo de caer en un círculo vicioso en el que el estado de ánimo alicaído va prolongándose a lo largo del tiempo, y con ello se producen más pensamientos negativos que van retroalimentando la enfermedad. En artículos pasados ya mencionábamos cómo la depresión acelera el envejecimiento y además produce un encogimiento cerebral. Hoy hablaremos del daño que ésta puede llegar a ejercer en nuestra memoria.

El impacto de los pensamientos negativos

Un estudio publicado a principios de este año en el Journal of Affective Disorders y llevado a cabo en el Center for BrainHealth de la Universidad de Texas, ha demostrado que aunque todos somos susceptibles de ser invadidos por pensamientos negativos, las personas deprimidas presentan una mayor tendencia tanto a su aparición como a su permanencia durante un largo período de tiempo. Según el investigador principal, el Dr. Bart Rypma: “Estos pensamientos depresivos, cuando llegan a establecerse de una manera tan persistente, pueden obstaculizar la capacidad de pensamiento de la persona deprimida, y esto incluye el correcto funcionamiento de su memoria”.

Para el estudio, los investigadores reunieron a 75 jóvenes universitarios (de los cuales 30 fueron diagnosticados de depresión mientras que los 45 restantes no presentaron ningún síntoma), y comenzaron a plantearles preguntas que suscitasen respuestas negativas. Justo después, a cada joven se le indicó una secuencia de números que debía recordar. Cuando los investigadores les pidieron que rememorasen y volviesen a citar las cifras, los resultados fueron sorprendentes. Los individuos con depresión olvidaron más números que aquellos que no se encontraban en ese estado de ánimo, tras haber sido ambos influenciados con un pensamiento negativo justo antes del ejercicio de memorización.

Memoria sana, memoria positiva

Las personas tenemos una disposición natural hacia la negatividad. Nuestro cerebro se centra y da más importancia a aquello negativo que nos pasa o que nos podría pasar, con el fin de anticipar amenazas y consecuencias negativas, y así tomar mejores decisiones. O bien para transformar la ansiedad y la preocupación en acción para cambiar las cosas a mejor. Sin embargo, es importante comprender que todos tenemos un límite, una cantidad fija de información que podemos retener en la memoria. El hecho de que las ideas negativas suelan permanecer por más tiempo en el cerebro sin duda explica el por qué a las personas con depresión les cuesta más recordar las cosas o bien concentrarse en las tareas del día a día. Además, la capacidad para dejar entrar y mantener pensamientos positivos en la memoria también resulta empobrecida, ya que simplemente no queda suficiente espacio para ellos.

Entender el mayor impacto que estos pensamientos negativos tienen en la memoria de los individuos con depresión resulta de vital importancia para comprender a su vez  cómo se desarrolla esta enfermedad y  el por qué puede permanecer durante toda la vida. Gracias a éste y otros estudios similares, se han comenzado a desarrollar terapias cognitivas basadas en la conciencia, que podrían ayudar a las personas deprimidas a reconocer y regular mejor el contenido de sus pensamientos. Un enfoque terapéutico que conduciría a una memoria más sana, y por lo tanto más positiva y feliz.

Fuente | Journal of Affective Disorders