Un abuelo es esa persona que te da veinte duros (yo soy una niña de las pesetas, si os suena raro cambiadlo a euros) para que te compres chuches cuando tu madre te los niega. También es esa persona que te enseña a atarte los cordones o a silbar y que se deja la imaginación contándote esas historias de cuando era pequeño que tú te crees a pies juntillas, mientras imaginas que tu abuelo es todo un súper héroe. Además, los abuelos son las personas en las que nuestros padres se apoyan para conciliar la vida familiar con la laboral cuando somos pequeños. Por eso, resulta complicado imaginar la vida de un niño sin abuelos.

Esto es algo que parece obvio en humanos, pero no lo es tanto en otras especies; en las que, una vez pasada la etapa reproductiva, el individuo pierde toda importancia en el grupo.

¿Por qué es necesario que los humanos envejezcan sanos?

Al contrario de lo que ocurre en otras especies, en el caso de los humanos los conocimientos adquiridos a lo largo de la vida por los individuos que han pasado la edad reproductiva, son una cualidad muy necesaria para el resto de “la manada”, de modo que los sujetos más jóvenes se apoyan a menudo en los mayores. Por eso, en los  humanos se han desarrollado mecanismos evolutivos necesarios para proteger el cuerpo frente a trastornos típicos de la edad, evitando así el deterioro que supone el paso del tiempo. Algunos de estos mecanismos han sido estudiados por investigadores de la Escuela de Medicina de San Diego.

El gen CD33

Por un lado nos encontramos con la proteína CD33. Se trata de una proteína implicada en la prevención de respuestas inmunes no deseadas y una de sus variantes se ha relacionado con la protección frente al Alzheimer, una de las enfermedades postreproductivas más típicas.

Para comprobar si realmente esto está relacionado con el comportamiento humano, los investigadores estudiaron si este gen se encontraba también en nuestros parientes los chimpancés. Curiosamente, a pesar de la cercanía entre ambas especies,  se encontró que los niveles de esta variante de CD33 son cuatro veces mayores en humanos.

Los genes APOE2 y APOE3

El gen APOE4 está relacionado con el Alzheimer y las enfermedades cerebrovasculares, mientras que APOE2 y APOE3 son dos variantes que solo parecen haberse desarrollado en humanos y que, al contrario, se encuentran vinculadas a la prevención de la demencia.

Debe quedar claro, a pesar de todo,  que no quiero decir que los humanos sean la única especie capaz de sobrevivir a más de una generación de su descendencia. Además, se necesitan más evidencias para demostrar que realmente estos factores promuevan el envejecimiento sano de la especie humana. Sin embargo, resulta una teoría lógica, teniendo en cuenta la gran importancia que tienen los individuos de mayor edad entre nosotros. Sea como sea, no es necesario un estudio científico para demostrarnos lo importantes que son los abuelos y que, desgraciadamente, por muchos genes que disminuyan el deterioro, no son eternos. Así que mejor disfrutarlos mientras estén entre nosotros.

Fuente: PNAS