Animales curiosos: El zafiro de mar
¿Qué son los zafiros de mar?
Como os contaba, aunque en algunos sitios podéis encontrarlo como “pez zafiro”, en realidad es un pequeño crustáceo, del género Sapphirina. Miden entre uno y varios milímetros de longitud, de modo que son bastante difíciles de ver por el ojo humano. Esto no es debido sólo a su tamaño; pues, además, las hembras son totalmente transparentes y los machos poseen la capacidad de “desaparecer”. Y es que, tan pronto muestran destellos en tonos de azul, morado y verde, como desaparecen totalmente.
¿A qué se debe esta cualidad tan curiosa?
Los destellos de colores que emite se deben a un proceso de iridiscencia; es decir, son resultados del reflejo de la luz en estructuras periódicas. Estas estructuras están formadas por una especie de láminas que cubren la superficie de su espalda. Cada macho tendrá una disposición distinta de éstas láminas, de modo que la luz se reflejará en una u otra longitud de onda y brillarán en colores diferentes: a menos distancia entre placas, más azul. Las hembras no poseen esta estructura, por lo que son directamente transparentes. Ya sabemos por qué relucen en colores diferentes; pero, ¿por qué desaparecen? La causa por la que de repente se vuelven invisibles reside en su forma de nadar, pues giran su espalda laminada hacia la luz en un ángulo de 45º y, a continuación, se mueven en espiral, de modo que la luz que reflejan pasa al ultravioleta invisible.
Aplicaciones
Esta característica tan peculiar está en el punto de mira de muchos investigadores, que pretenden ayudarse de su estructura para construir cubiertas reflectantes cambiantes y espejos y pantallas ópticas, capaces de manipular el flujo de fotones.
Como veis, nuestro primer animal curioso no sólo es capaz de iluminar el mar de una forma bellísima cuando se encuentra en grupo; sino que, además, podría darnos la llave para la elaboración de objetos muy útiles para nuestro día a día. El fondo marino esconde verdaderas joyas de la naturaleza y lo importante es elegir investigarlas en vez de destruirlas.
Vía: Agencia Sinc El Mundo La Ciencia es Bella