Ahora se están poniendo muy de moda en internet las viñetas de José, ese hombre que lleva una vida normal sin radiarlo en las redes sociales. Seguro que conocéis esa que cuenta que José ha empezado a ir al gimnasio, pero no sube selfies mientras hace pesas, ni frases como “no pain, no gain”. Pues puede que José no lo haga, pero si lo hiciera tendría toda la razón del mundo, ya que científicos de la Universidad Northwestern, de Chicago, han demostrado que el dolor es capaz de afianzar la memoria.

¿En qué consiste el estudio del dolor y la memoria?

Para la realización del estudio, se reclutó a 31 voluntarios  que aceptaron ser sometidos al contacto de una plancha de calor sobre su antebrazo izquierdo hasta el punto de sentir dolor, que oscilaba entre lo que llamaron nivel 2 y nivel 8 de intensidad (eso sí que es amor por la ciencia). Mientras estaban en esa situación tan cómoda y agradable, se les sometió a una resonancia magnética de su cerebro y, a la vez,  se les mostraron una serie de imágenes de objetos cotidianos,  variando mientras tanto la intensidad del dolor.  Cuando finalizó el experimento, como premio por haber soportado el dolor, les hicieron un examen sorpresa, en el que les mostraron una serie de imágenes y les preguntaron cuáles les resultaban familiares. En ese momento no existieron diferencias entre aquellas que habían visto sintiendo dolor y las que habían observado en condiciones normales, pero la cosa no terminó ahí. Un año después, se les volvieron a mostrar las imágenes  y esta vez sí que se observaron diferencias remarcables, ya que los objetos que habían observado mientras sentían un nivel 8 de dolor, quedaron grabadas en su memoria mejor que los que vieron bajo un nivel 2.

¿Qué se observó en la resonancia magnética sobre el dolor?

Según los resultados obtenidos en la resonancia magnética, los científicos creen que el impulso de la memoria asociado al dolor parece estar relacionado con la ínsula, un área del cerebro involucrada en las sensaciones corporales y las emociones. Esto explicaría no sólo por qué recordamos mejor aquello que nos ha sucedido mientras sentimos dolor; sino que, también, los recuerdos con alta carga emocional quedan retenidos en nuestra memoria con más facilidad. Seguro que a todos se os ocurre algún ejemplo propio como rupturas sentimentales, graduaciones universitarias, primer día de trabajo, bodas… o la pérdida de la virginidad. Ese sería un ejemplo perfecto, pues es un recuerdo cargado de dolor y de emociones y, al fin y al cabo, ¿quién no recuerda su pérdida de la virginidad?

Por lo tanto, según este estudio, si es cierto que siente dolor mientras se ejercita, José retendrá en su memoria sus momento más intensos en el gimnasio; así que, ¿para qué subirlos a las redes sociales?

 Fuente: BioRxiv

Vía: Science news