Tecnología

El microbio de la semana: Deinococcus radiodurans

18 enero, 2016 11:22

Hoy, en el microbio de la semana, os hablamos de Deinococcus radiodurans, una bacteria capaz de soportar cantidades inmensas de radiación. Y no, no está hecha de cucarachas.

¿Qué es un microorganismos extremófilo?

Deinococcus radiodurans es una bacteria extremófila; por lo que, antes de hablar de ella, es importante que tengáis claro qué es un microorganismos extremófilo. Se trata de microorganismos que son capaces de soportar condiciones muy extremas; es decir, muy diferentes a las habituales. Existen de muchos tipos, dependiendo de cuál sea el parámetro que son capaces de soportar: el frío, el calor, la radiación, la salinidad elevada, etc.

¿Qué es Deinococcus radiodurans?

Conocida como Conan the Bacterium, Deinococcus radiodurans es una bacteria  capaz de soportar altas dosis de radiación. Para que os hagáis una idea, los humanos no soportamos más de 5Gy, una dosis de 60 Gy es capaz de matar a todas las bacterias de una colonia de E.coli y las cucarachas soportan unos 64 Gy; mientras que Deinococcus radiodurans puede resistir 5000Gy sin perder viabilidad y 15000Gy perdiendo sólo un 37%.

Su descubrimiento tuvo lugar  durante un experimento que pretendía comprobar si los alimentos enlatados se podían esterilizar a través de altas dosis de radiación gamma. Curiosamente, la carne contenida en una de las latas se echó a perder, a pesar de que estaban seguros de haberle suministrado una dosis suficiente para matar todas las formas de vida existentes en ella. La culpa la tuvo Deinococcus radiodurans, que posteriormente fue aislada de la muestra.

¿A qué se debe el súper poder de estas bacterias?

Como os explicamos en otro artículo, la radiación actúa sobre el ADN replicante de las células en división. Para solventar este problema, esta bacteria posee un mecanismo muy eficiente de reparación de ADN y, además, almacena múltiples copias de su genoma.

Aplicaciones

Crea tus propios mapas con Google Maps

Los microorganismos extremófilos en general nos aportan un sinfín de aplicaciones, ya que pueden llegar dónde nosotros jamás podríamos llegar con vida. Nuestra bacteria de hoy no es una excepción y, por eso, ya ha sido utilizada habitualmente en tareas de biorremediación, digiriendo disolventes y metales pesados presentes en zonas de alta radiación. Además, a través de la ingeniería genética se ha conseguido añadir a su ADN el gen bacteriano mercúrico, típico de E. coli, de modo que se puede aprovechar para eliminar el mercurio iónico resultante de la fabricación de armas nucleares. Y no solo es útil en bioremediación, ya que  actualmente se investiga su uso en otras áreas, como la medicina regenerativa, al incorporar sus mecanismos de reparación de ADN a otras especies más complejas, favoreciendo el rejuvenecimiento de sus células.

Eso es todo por hoy. Como veis, Deinococcus radiodurans no tiene nada que envidiarle a ninguno de los mejores súper héroes. Es más, Superman se marea con un trocito de roca verde y Deinococcus es capaz de soportar dosis inmensas de radiación sin despeinarse. ¡Supera eso, Clark Kent!

Imagen: Micropia