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Leyendas de la astronomía: Perseo, Casiopea y Andrómeda

Hoy, en la sección de leyendas de la astronomía os hablamos del origen, según la mitología, de tres constelaciones: Perseo, Casiopea y Andrómeda.

21 enero, 2016 11:21

Hoy, en la sección de leyendas de la astronomía os hablamos del origen, según la mitología, de tres  constelaciones: Perseo, Casiopea y Andrómeda .

La leyenda griega de Perseo, Casiopea y Andrómeda

Estas constelaciones están basadas en la historia de tres personajes del mismo nombre. Casiopea, reina de Etiopía, solía presumir de la belleza de su hija Andrómeda allá por donde iba, hasta el punto de llegar a afirmar que era mucho más bella que las Nereidas, las ninfas  de los mares.  Éstas, que solían ser conocidas por representar todo lo hermoso, quedaron muy ofendidas por tal afirmación y corrieron a contárselo Poseidón, el dios del mar. Enfadado, al oír la noticia, éste decidió mandar a destruir las costas del país a un monstruo marino llamado Cetus. Ante esta situación, el rey Cefeo, padre de Andrómeda, acudió a consultar al Oráculo, que le dijo que la única solución a sus problemas era sacrificar a su hija. Muy triste, pero consciente de que no había ninguna otra solución, Cefeo ató a su hija a una roca en el mar y quedó a la espera de la llegada de la bestia. Sin embargo, el joven Perseo, al verla allí atada cayó perdidamente enamorado de ella y prometió a sus padres salvarla a cambio de poder casarse con ella. Éstos aceptaron, aunque ya la habían prometido a otro hombre.  Ante la aparición de aquellos que se oponían al matrimonio, Perseo, que después de acabar con Medusa tenía el poder de convertir en piedra a quién quisiera, comenzó a matar a todos ellos, llegando incluso a convertir en piedra a los padres de Andrómeda.  Finalmente la boda tuvo lugar y del matrimonio nacieron seis hijos, conocidos como los Perseidas.

Tras la muerte de Andrómeda, Atenea la convirtió en constelación y la envió al cielo, cerca de su marido y su madre.

Eso es todo por hoy. Andrómeda pasó de casi morir en las fauces de una bestia marina a casarse con un hombre que podía convertir a la gente en piedra y, de ahí, al firmamento.  No está mal, ¿no?

Imagenes: Royal Museums Greenwich Dibujando el Cosmos