Un equipo global de científicos ha creado la batería de litio-aire, que según reconocen puede abrir la puerta a una nueva clase de baterías muy superiores a las actuales.

Los dispositivos que usamos siguen dependiendo de las baterías de ion de litio y de sus limitaciones, y aunque se han desarrollado muchas alternativas con otros elementos, pocas están cercanas a ser comercializadas por sus elevados costes y problemas.

En cambio este proyecto confía en que el litio aún puede ser aprovechado para crear mejores baterías, y por el camino han solucionado algunas de las partes que hacen ineficientes a las baterías que usamos, como por ejemplo la formación de peróxido de litio (Li2O2) en el electrodo cuando el litio reacciona con el oxígeno ambiental.

Así funciona la batería de litio-aire

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El peróxido de litio bloquea los poros del electrodo, minando poco a poco la eficiencia de la batería hasta que no queda más remedio que cambiarla. Disociar el litio y el oxígeno cuando forman esta molécula es costoso en términos energéticos, de ahí que otros desarrollos buscasen eliminar el litio de la ecuación.

La solución que han encontrado estos investigadores es conseguir que, en vez de peróxido de litio, la batería produzca superóxido de litio (LiO2) en forma estable y cristalizada al ser descargada. Esta molécula se puede disociar mucho más fácilmente en litio y oxígeno.

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No sólo eso, sino que también han conseguido que la batería sea un sistema cerrado, que no requiere de la entrada de oxígeno para reaccionar y por lo tanto es más seguro y fiable que los sistemas abiertos. Con todo, los inventores de estas baterías de litio-aire esperan que tengan una densidad de almacenamiento de energía cinco veces superior a las que podemos encontrarnos en el mercado.