¿Recordáis cuando de pequeños en clase de plástica nos dedicábamos a mezclar colores? Además de pringarnos las manos, la ropa y hasta el bocadillo del recreo aprendimos que si mezclas pintura roja y verde obtienes un tono de marrón. Sin embargo, como podéis ver en el vídeo que os mostraremos a continuación, si se hace girar una rueda compuesta por triángulos verdes y rojos, la mezcla da lugar a un círculo amarillo. ¿Pero qué broma es ésta? ¿Cómo va a ser diferente? No os preocupéis, las manchas del colegio no fueron en vano. Hicisteis la mezcla bien. Lo que pasa es que los colores de la pintura no se mezclan del mismo modo que la luz, debido a un asunto relacionado con nuestros ojos. Y como ahora seguro que os corroe la duda, para eso estamos aquí. Para explicarlo.

 ¿Qué son los conos?

Los protagonistas de esta historia son unas células del ojo denominadas conos. Su papel es muy importante para que entendáis todo, por lo que primero hablaremos un poco de ellos. Como os decía, son células ubicadas en la retina del ojo y su función es captar la energía de las radiaciones que inciden en ellas y transformarlos en impulsos eléctricos, que determinarán los  colores que percibimos .Existen tres tipos de conos, según si son sensibles a la luz roja, azul o verde. Como veis, no hay ningún otro, pero nosotros vemos en mucho colores más. Quizás si sólo detectáramos esos tres colores tendríamos menos problemas a la hora de conjuntar y a mí no me recriminarían ser poco femenina por no saber diferenciar el azul cielo, del azul azafata y del azulino; pero también es cierto que todo sería muy soso. Por eso, nuestros conos se encargan de colaborar entre ellos para que podamos ver todos los colores.

Pero entonces, ¿por qué no vemos la mezcla de colores en la rueda igual que en la pintura?

En el caso de la pintura mezclamos pigmentos, mientras que en el caso de la rueda lo que se mezcla es la luz que llega a nuestros ojos.  Pues bien, si alguna vez habéis hecho el experimento de mezclar los tres colores primarios (magenta, cian y amarillo) con pinturas, habréis comprobado que se obtiene negro, mientras que si se hace lo mismo con haces de los colores primarios de la luz (rojo, verde y azul) se obtiene luz blanca. Dicho un poco a groso modo, digamos que la mezcla de pigmentos es una adición sustractiva, pues éstos  absorben la luz, haciendo que si usamos los tres primarios se absorba todo. Sin embargo, en el caso de la luz se suman las longitudes de onda en los conos, provocando una mazcla aditiva.  Al girar la rueda, aunque no hay ninguna luz amarilla, se activan los conos sensibles al verde y al rojo, dando lugar a una suma de sus longitudes de onda que engaña a  nuestro cerebro haciéndole creer que delante de nosotros tenemos un círculo amarillo como un limón.

En este vídeo podéis ver las mezclas y la explicación.

De todos modos, si queréis, os podéis animar y hacer la comprobación vosotros mismos. No me digáis que no os ha dado antojo empezar a mezclar pinturas como antaño.

Vía | Omicrono.

Imagen ojo | BCM