Juegos de rol como herramienta para el aprendizaje
¿Qué son los juegos de rol?
Seguro que la mayoría de vosotros lo sabéis; pero, por si acaso, explicaré brevemente en qué consisten. Básicamente se trata de juegos en los que los participantes interpretan un papel concreto a lo largo de una historia cuyo transcurso lo va narrando uno de los jugadores, llamado master. Aunque el principal elemento del juego es la imaginación de cada uno, también suelen ir acompañados de papel y lápiz para tomar apuntes, tableros o mapas para situar la historia y uno o varios dados, que introducirán el factor azar en el juego. Por ejemplo, en una pelea, según el número que salga, la victoria será para un personaje u otro.
¿Cómo pueden ayudar los juegos de rol en las aulas?
Los juegos de rol gozan de una serie de características que los hacen idóneos para el aprendizaje ameno e interactivo de muchos objetivos.
-Al tratarse de un juego colaborativo, enseña a los chicos la importancia del trabajo en equipo. Por lo general, cada partida persigue un objetivo concreto que no podría ser conseguido por uno sólo de los jugadores, sino que cada personaje suele poseer poderes o cualidades determinadas que, unidas a las de los demás, puede llevar a la victoria.
-Ayuda a mejorar la comprensión lectora. A menudo, estos juegos suelen ir acompañados de historias cuya comprensión es imprescindible para el desarrollo correcto del juego, por lo que suponen un método muy ameno para que los niños aprendan a concentrarse en lo que leen.
-Despierta el interés por la lectura. Esto se debe a que la gran mayoría de estos juegos están basados en novelas, especialmente de fantasía, aunque también en muchas otras. Por ejemplo, existen juegos de rol basados en la saga del Capitán Alatriste, de Arturo Pérez Reverte.
-Despierta la imaginación. Esto es clave para poder jugar al rol. El master se basa en unas pautas para comenzar la historia, pero ésta va variando a medida que cada uno de los jugadores participa, por lo que todos ellos requieren una gran imaginación para avanzar en la partida.
-Aprendizaje de conocimientos concretos. Un profesor de historia que quiera que sus alumnos aprendan sobre la segunda guerra mundial podría organizar una partida basada en alguna de sus batallas y, por ejemplo, uno de biología puede enseñar el funcionamiento del sistema inmune asignando a cada jugador una de las células participantes. Todo se basa en echarle imaginación.
Algunos colegios ya han empezado a usarlo en las aulas y parece estar teniendo buena acogida entre los alumnos.
Así que ya sabéis, el rol no es cosa de frikis, sino de gente que disfruta aprendiendo. Usadlo como argumento la próxima vez.