Ayer os preguntamos hacia qué lado creéis que arranca el autobús de la imagen.  Tenéis un cincuenta por ciento de posibilidades de acertar, pero lo pro es dar una explicación, no vale probar una dirección al azar. Habéis tenido 24 horas para pensarlo y, como no queremos teneros más noches sin dormir, aquí tenéis la respuesta.

La clave está en la creatividad

Como suele pasar con otros muchos juegos de lógica de los que podéis encontrar por las redes, éste es un acertijo que suelen acertar inmediatamente la mayoría de niños de escuela primaria.  A veces, cuando dicen esto no es verdad, pero lo hacen para despertar el competidor que lleváis dentro. “¿Que un niño lo ha resulto y yo no? Trae para acá ese autobús”. Sin embargo, lamento deciros que en este caso sí que es cierto, pues según National Geographic, el 80% de los menores de diez años es capaz de resolverlo al instante. Pero no os frustréis. No quiere decir que nos hayamos vuelto tontos con los años, pero sí que es cierto que los niños y los adultos razonamos de un modo muy diferente. Los niños, por lo general, resuelven los problemas de forma indirecta, usando la creatividad e interpretando lo que ven según sus vivencias pasadas.

Sin embargo, los adultos ejecutamos este tipo de análisis de una forma más lenta, rigiéndonos por señales sensoriales y, dicho en pocas palabras, pensamos demasiado. Pero entonces, ¿cuál es la respuesta?

Si un niño ve la imagen, seguramente tardará unos segundos o muy pocos minutos en preguntarse dónde están las puertas. ¿Dónde se ha visto un autobús sin puertas? Si en la imagen no se ven significa que están en el lado contrario; por lo que, si tenemos en cuenta que en España los viajeros entran al vehículo por el lado derecho según el sentido de la marcha, en el dibujo el autobús arrancará hacia la izquierda. En países como Inglaterra, en los que se circula por el lado contrario, la respuesta sería la opuesta, pero los niños también se percatarían inmediatamente. Mientras tanto, es posible que nosotros estuviésemos fijándonos en los edificios traseros, las nubes o el avión que cruza el GIF en un momento determinado. Intentamos ir más allá cuando tenemos la respuesta delante de nuestras narices. A todo esto los científicos lo han llamado pensamiento lateral y, junto a las hipotecas, la búsqueda del empleo perfecto y los problemas de pareja, es una de las razones por las que ser adulto es un fastidio. Pero bueno, también tiene muchas cosas buenas. Quedémonos con ellas.

Vía: Europa Press