Las mujeres engordan más que los hombres, ¿a qué se debe?
El caso es que después de contemplar el espectáculo, solemos culminar con esa famosa frase de: “¿Y todo eso dónde lo metes?”. Eso es así, los hombre engordan menos que las mujeres, es un hecho más que comprobado con el que tenemos que convivir, pero ¿a qué se debe?
Ellas engordan más que ellos: Cosa de hormonas
Como en casi todo aquello que posee grandes diferencias entre sexos, las culpables suelen ser las hormonas. Ya sabéis que las hormonas sexuales predominantes en las mujeres son los estrógenos, como el estradiol, y en los hombres los andrógenos, como la testosterona.
Esta última, estimula la formación de músculo, que a su vez consume altas cantidades de energía en reposo, por lo que gran parte de las calorías que toman los hombres se invierten en “alimentar” el músculo. Sin embargo, no ocurre lo mismo con las hormonas femeninas, que sí que es cierto que participan en el metabolismo de las grasas, favoreciendo la disminución del colesterol, pero también promueven la distribución de la grasa, que se acumula especialmente en los senos y las caderas. Esto se considera una ventaja evolutiva, ya que nos prepara para la vida fértil y el posible crecimiento de un bebé en nuestro interior. Pero no por eso deja de ser un incordio.
Por otro lado, curiosamente, el momento en el que más engordan las mujeres es durante la menopausia, que en realidad es cuando más bajos están los niveles de estas hormonas. Aunque pueda parecer paradójico también tiene una explicación, pues las necesidades energéticas en esa etapa son mucho menores, de modo que si se consumen las mismas calorías que anteriormente, todo lo que sobra se transformará en grasa. Además, a veces aparecen trastornos emocionales como la depresión, que pueden llevar a una ingesta compulsiva de alimentos, especialmente aquellos ricos en grasas y azúcares.
Por lo tanto, es un hecho que vamos a engordar más que ellos, por lo que es importante que, por nuestra salud, mantengamos una dieta sana y hagamos ejercicio. Eso sí, los caprichitos no hay por qué dejarlos y nuestro postre es nuestro, que bastante tienen con poder comer lo que les dé la gana. Hay cosas que no se deben compartir.