Los chimpancés también pueden ser artistas
Muchos antropólogos consideran el surgimiento del arte como el acontecimiento que marcó el inicio de la humanidad. Y es que el arte es, sin lugar a dudas, una de las mayores creaciones del ser humano. Pero, ¿y si os dijera que ni siquiera esta es una disciplina exclusivamente humana? Pues en efecto, existen animales capaces de percibir la estética, el simbolismo e, incluso, de realizar obras artísticas.
Moja, la primera chimpancé artista
Moja fue una chimpancé que vivió en el Chimpanzee and Human Communication Institute (CHCI). Este centro, adscrito a la Central Whasington University, estudia las distintas vías de comunicación de los chimpancés y les enseña a utilizar sistemas de comunicación humanos. Desde pequeña, Moja llamó la atención por su capacidad de percibir la estética. Los investigadores se dieron cuenta de que era bastante presumida. Le dieron ropa, zapatos y otros complementos y ella se vestía con bastante gusto. Su color preferido era el rojo y se la veía mucho más contenta cuando vestía ropa limpia y nueva que cuando tenía que utilizar prendas más desaliñadas. Moja también era inteligente. En el CHCI se enseña a los chimpancés a usar el lenguaje de signos, y ella lo dominaba bastante bien.
Sin embargo, cuando en 1978 la antropóloga Jane Hill tuvo la idea de darle a Moja un pincel y un papel en blanco no se esperaba el resultado. Moja hizo un pequeño dibujo en una parte del papel, y se lo dio a su cuidadora. Ésta se lo devolvió, diciéndole mediante lenguaje de signos que dibujara más, a lo que Moja simplemente respondió, usando el lenguaje de signos, “Terminado”. La científica le pregunto qué era ese dibujo, y ella respondió: “Pájaro”.
Pues sí, había dibujado en primer lugar un plátano y, a continuación, le añadió las alas que lo convertían en un pájaro. Moja fue, que sepamos, el primer chimpancé en utilizar el lenguaje simbólico mediante la pintura.
El arte de los chimpancés
Tras Moja, y gracias al éxito del experimento, vinieron otros muchos chimpancés artistas. Uno de los más destacados fue Congo, cuyo estilo, tal y como demuestra la imagen, era más bien “lírico abstracto impresionista”. Pero claro, ¿cómo sabemos que sus cuadros son arte y no simples pinceladas al azar? Esta pregunta, que también puede aplicarse a muchos pintores humanos de hoy día, deben responderla los que entienden de pintura. Estos afirman que las composiciones son equilibradas, tanto en sus formas como en el color. Además, en cuanto al método empleado, los chimpancés pintan sin salir del papel; si se les da un dibujo ya empezado, usan los mismos colores para terminarlo; y si se les interrumpe en su labor creativa, cuando retoman el dibujo lo hacen por el mismo punto donde lo dejaron, demostrando que tienen un objetivo y quieren pintar algo concreto.
De estos hechos es posible quedarse con la anécdota o intentar extraer conclusiones importantes. La anécdota puede ser que algunos de los cuadros de Congo se han vendido por más 25.000 dólares. Lo importante es que, cuanto más se estudia el comportamiento de nuestros parientes cercanos, más difusa es la línea que los separa del ser humano. Estos estudios demuestran que comportamientos tan complejos como el lenguaje o el arte están de alguna manera programados en los genes tanto de humanos como de chimpancés desde hace millones de años. Sin embargo, también es cierto que las aptitudes artísticas y lingüísticas de los chimpancés no pasan de ser rudimentarias.
Teniendo en cuenta que compartimos alrededor del 98% de nuestro código genético con los chimpancés, y que solo hace 6 millones de años que evolucionamos por separado, cabe preguntarse por qué y cómo el ser humano ha alcanzado tal nivel de complejidad en su comportamiento y aptitudes, comparado con sus parientes cercanos, en un periodo tan relativamente corto de tiempo.