Activando el gen Shank3 han conseguido revertir los clásicos síntomas del autismo en ratones.

Entre las muchas investigaciones que se están llevando a cabo en el MIT, grupo de científicos ha estado estudiando el efecto del gen Shank3, un gen que no está presente en el 1% de las personas que sufren autismo.

El autismo es el trastorno psicológico que se identifica en personas con dificultades para socializar y comunicarse con otras personas, realizando comportamientos repetitivos y “encerrándose” en su propio mundo.

Desaparece el comportamiento antisocial

Este trastorno tiene varias causas genéticas, pero aún hoy en día hay algunas que son totalmente desconocidas y sigue sin tener un tratamiento. Un grupo de investigadores del MIT ha estado trabajando en ratones genéticamente modificados para nacer sin el gen Shank3 y más tarde “activarlo”.

Los ratones con autismo presentaban síntomas similares a los de los humanos: acciones repetitivas y aislamiento social del resto, sin embargo, han descubierto que volviendo a activar el gen Shank3 en ellos, esos efectos se han revertido.

raton

Probado en ratones jóvenes, se eliminó su tendencia a evitar la interacción social, sin embargo no todo son buenas noticias, porque algunos síntomas como la ansiedad o problemas de coordinación motora no desaparecieron.

Curiosamente los científicos fueron capaces de volver a “meter” el gen en los ratones dándoles tamoxifeno, un conocido medicamento que se suele utilizar en los tratamientos contra el cáncer de mama.

De momento todo esto se queda en una investigación más y no hay nada cerca de ser aplicado en humanos, pero hay gran esperanza puesta en que estos descubrimientos, junto con el estudio del genoma, den en el futuro soluciones a las personas con autismo y otras enfermedades neuropsicológicas.