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La marihuana no afecta igual a todo el mundo, ¿a qué se debe?

19 febrero, 2016 19:23

La marihuana no afecta igual a todo el mundo. Además del sueñecito característico y de las ganas atroces de devorar cualquier cosa comestible, algunas personas sólo perciben un pequeño zumbido, mientras que otros sufren tremendas alucinaciones.

Hasta hace poco no se conocían las causas de ésta desigualdad en las reacciones, pero un grupo de investigadores del University College, de Londres,  ha encontrado la respuesta en una variante de un gen llamado AKT1.

Marihuana y psicosis

Se calcula que sólo entre un 1% y un 5% de los fumadores de marihuana llegan a desarrollar psicosis, algo que, además, coincide con la expresión del gen AKT1.

Para llegar a esta conclusión, realizaron un estudio en el que participaron 442  consumidores habituales. A todos ellos se les hizo un examen exhaustivo de los síntomas justo después de fumar y se les repitió una semana después, cuando estaban sobrios.  Así, comprobaron que aquellos que poseían una variante concreta del gen AKT1, sufrieron paranoia y distorsiones visuales mientras estaban bajo los efectos de la droga, al contrario que aquellos que no poseían esta variante en su genoma que, o no sintieron ninguno de esos síntomas, o lo hicieron en menor medida.

Además, también comprobaron que los efectos fueron diferentes según el sexo. Por ejemplo, las mujeres mostraban más problemas de memoria a corto plazo después del consumo que los hombres, incluso si estos tenían el gen.

¿Por qué es tan útil este descubrimiento?

Como sabéis, el consumo controlado de marihuana tiene un gran efecto analgésico y, además, ayuda a paliar los síntomas de algunas enfermedades como la fibromialgia, el Alzheimer y algunos tipos de cáncer. Incluso se ha comprobado que su poder inmunomodulador disminuye las posibilidades de padecer diabetes y que también puede ayudar en el tratamiento de algunos problemas psicológicos, como el trastorno por estrés postraumático.

Disponer de un marcador para localizar los pacientes que podrían sufrir psicosis tras el consumo sería una gran ventaja a la hora de calcular la dosis o, simplemente, para saber quién no debería ser sometido a ese tipo de tratamiento. Además, se podrían desarrollar fármacos que actúen sobre esta variante del gen AKT1, de modo que se pudieran disminuir las alucinaciones de los pacientes que necesitasen consumir marihuana con fines médicos.

Y eso es todo. Si no sabíais por qué unas personas se ríen más que otras con el cigarrito de la risa, ya tenéis la respuesta. La culpa, como siempre, es de los genes.

Vía: Huffington Post