Crean "mini-estómagos" que producen insulina
La insulina es el santo grial de la medicina desde que se descubrió la temida diabetes. Según el tipo, nuestro cuerpo o bien no produce insulina o bien a produce en menor cantidad. Por tanto, es evidente que necesitamos un plan para tener esta molécula a mano
Actualmente se usa insulina artificial en forma de inyecciones, y ya han habido estudios sobre páncreas artificiales o incluso se ha pensado en inyectar células madre para producir insulina. Pero, ¿qué tal si fabricamos “mini-estómagos” capaces de producir insulina?
Insulina a partir de “mini-estómagos” artificiales
Eso deben haber pensado los investigadores del Departamento de Biología de la Universidad de Harvard, cuyo reciente trabajo se ha publicado en Cell Stem Cell. En dicha investigación, Qiao Zhou y sus colegas han descubierto que existe un tejido en la parte inferior del estómago humano con un gran potencial para ser reprogramado en otro tipo de células, concretamente células beta, las responsables de producir insulina en el páncreas.
Sabiendo esto, se pusieron manos a la obra y tomaron este tejido de ratones y lo convirtieron en “mini-organos” capaces de producir la buscada insulina cuando se trasplantan de nuevo a los roedores. Dichos mini-estómagos fueron capaces de seguir reponiendo células madre que, en última instancia, se transformaban en células beta productoras de insulina. En definitiva, había una regeneración continua de todo el círculo.
La búsqueda de la insulina mediante ingeniería genética
La duda razonable es, ¿cómo supieron los autores que en esta zona del estómago había un tejido especial?
Pues bien. Para descubrirlo, diseñaron ratones modificados genéticamente para expresar tres genes que convertirían a otro tipo de células en células beta productoras de insulina. Buscaron por todo el cuerpo de los ratones, hasta que detectaron que en la zona inferior del estómago se encontraban aquellas células más propensas a la transformación. Esta zona, que se encuentra justo en el límite entre estómago e intestino, resulta tener células más sensibles a glucosa cuando se reprograman, y dan lugar a una producción de insulina para normalizar el azúcar de los ratones.
Y la cosa no quedó aquí, pues para demostrar su eficacia, los investigadores destruyeron todas las células beta de los páncreas de los ratones dejando solo las nuevas células creadas en el estomago. Tras ocho semanas, los ratones control sin células reprogramadas en el estómago murieron; sin embargo, los ratones con células beta en el estómago sí siguieron creando insulina hasta seis meses después (todo el tiempo que fueron monitorizados).
¿El problema? Como hemos comentado anteriormente, ha sido necesario modificar a los ratones genéticamente para realizar el experimento. Evidentemente esto no es posible en humanos, ya que no podemos crear humanos transgénicos. La parte buena del asunto es que sabemos que justo en esa zona del estómago están las células más susceptibles de sustituir a las células beta productoras de insulina del páncreas, y hay alternativas según comenta Zhou:
“Lo que es potencialmente muy importante de este enfoque es que se puede realizar una biopsia de una persona individual, cultivar las células in vitro y reprogramarlas a células beta y luego trasplantarlas para crear una terapia específica para cada paciente. Eso es en lo que estamos trabajando ahora. Estamos muy emocionados”
Fuente | Cell Stem Cell.