Así es como tu cuerpo cambia tu percepción de la realidad
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Cualquier niño con pasión por el deporte seguro que, alguna vez, intentó imitar la técnica de tiro de tres del gran Juan Carlos Navarro o las filigranas de Ronaldinho, que tantos estragos causaba en las defensas rivales. Sin pasar a la acción, algunos también hemos intentado imaginarnos en plena acrobacia o salto imposible de parkour.
Sea como fuere, para lo que algunos son deportes de riesgo o formas legales de suicidio, para otros son formas de ejercitarse y estar en contacto con la naturaleza. En este artículo, veremos distintas formas por las que nuestro sistema visual nos ayuda a tomar decisiones, tanto en deportes extremos como en actividades de menor riesgo, al deformar la realidad que vemos, de acuerdo con las habilidades física que poseamos.
Según la psicóloga cognitiva Jessica Witt, en lugar de mostrarnos la realidad tal cual es, nuestro sistema visual juega con piezas como las distancias y las pendientes. Según dice, nuestras habilidades físicas son las que cambian nuestra percepción de lo que vemos.
Los mejores bateadores ven más grandes las bolas
Witt publicó un estudio en 2005 en el que reunió a varios jugadores de sóftbol, un deporte muy parecido al béisbol, para preguntarles, tras un partido, cuál de los círculos (de una serie de círculos dados) tenía el mismo tamaño que una bola de sóftbol. El resultado fue el siguiente: los atletas que habían tenido un buen partido sobrestimaron el tamaño de la bola, mientras que los que tuvieron una peor noche en el campo lo subestimaron. Del mismo modo, en otro experimento llevado a cabo por Jessica Witt, se encontró que los golfistas con más éxito veían los hoyos más grandes.
Los peores pateadores deforman la portería
Siguiendo con la misma línea de experimentación, Witt se pasó al fútbol americano. En este deporte, los jugadores anotan puntos al introducir la bola entre los postes que conforman la portería, para lo cual necesitan patear el balón. La forma de la portería viene a ser un tenedor al que se le han retirado los apéndices centrales.
Tras dejar a varios participantes patear el balón en el mismo campo, éstos fueron sometidos a un experimento que consistió en construir un modelo, a escala pequeña, de los postes. De este modo, los participantes que pateaban demasiado bajo colocaron el poste horizontal en una posición más alta de lo que en realidad está. Por su parte, los que patearon mejor, ofrecieron un diseño del modelo mucho más parejo a la realidad.
Los atletas de parkour ven más bajas las paredes
Para los que no lo sepan, el parkour consiste en superar, utilizando nuestro cuerpo, los obstáculos que ofrece el mundo urbano actual: paredes, escaleras, espacios entre edificios… Pues bien, nuevamente, Witt y sus colegas pasaron de los postes y las patadas del fútbol americano a los saltos del parkour. Así, preguntaron a varios expertos y principiantes de esta práctica cómo de bien pensaban que podrían escalar una pared determinada y cuál era su altura.
El resultado fue el siguiente: los novatos sobrestimaron la altura de las paredes mientras que los expertos se aproximaron más a la realidad.
Las herramientas al alcance parecen más cercanas
Witt, en un estudio del que se cumplen ahora más de 10 años, reunió a un grupo de participantes para que estimaran la distancia a un punto en una mesa. La gente, por lo general, subestimó la distancia que los separaba de los puntos, posiblemente porque estuvieran a mano, eran alcanzables.
Sin embargo, al calcular la distancia entre ellos y un punto que estaba fuera del alcance, sucedió lo contrario: pensaron que la distancia era mayor que la que realmente había.
Las personas obesas ven las cosas más alejadas
Una vez más, Witt desarrolló un experimento en el que varios participantes eran reunidos para ser preguntados por las distancias entre ellos y varios conos de una calle. Resultó que los participantes obesos vieron los conos más lejos que la gente que se integró en el grupo de los no obesos. De hecho, los más obesos llegaron a multiplicar por dos la distancia real que les separaba de los conos.
Podría ser cierto, pues, que las personas más obesas tienen más dificultades para adoptar unos hábitos más activos y saludables, debido a las percepciones por su peso corporal.
Fuente: Science