Crujir los dedos NO es buena idea
El mal hábito de crujir los dedos que tenemos muchos de nosotros (incluido el que escribe) podría no solo ser una mala idea, sino acarrear serios problemas para nuestras articulaciones en un futuro a largo plazo.
Recientemente un estudio canadiense descubrió por qué se produce ese sonido al crujir los dedos. Ahora, el Colegio de Fisioterapeutas de Madrid ha lanzado una campaña para parar esta obsesión que, a la larga, puede acarrear serios problemas según refieren.
Crujir los dedos, consecuencias a largo plazo
Según comentan estos profesionales, el hecho de crujir los dedos podría repercutir en problemas tanto a nivel de la articulación como en los ligamentos o tendones musculares que la rodean, dando lugar a un desgaste prematuro e innecesario.
Así lo comenta José Santos, secretario general del CPFCM:
“Al provocar el chasquido, se coloca la articulación en una posición determinada que hace que el espacio entre los huesos aumente y también el volumen de la cápsula sinovial”
Esta “cápsula sinovial” es el tejido que rodea a las articulaciones, cuyo líquido interior contiene gases como oxígeno, nitrógeno y dióxido de carbono con el objetivo de servir de lubricante para la articulación y evitar el desgaste de los huesos. Al crujir los dedos, como bien nos indicaba también el estudio canadiense, nosotros mismos formamos “burbujas de aire” a presión que estallan al devolver la articulación a su lugar original, dando lugar a ese sonido de chasquido característico.
“Si este chasquido lo provocamos nosotros mismos, es que estamos movilizamos la articulación más de lo que deberíamos generando desequilibrio. Al fomentar ese desequilibrio, cada vez nos parecerá que necesitamos crujirnos más y, aunque a corto plazo podamos notar una cierta liberación, a la larga este comportamiento generará una serie de problemas en la articulación”
El cuidado de las articulaciones, esencial a largo plazo
Asimismo, Santos nos recuerda que no es lo mismo crujir los dedos uno mismo que los chasquidos que nos producen en ocasiones los profesionales cualificados en medio de algún tratamiento fisioterapéutico, donde está todo controlado y se busca aumentar el movimiento de zonas rígidas, y por tanto el chasquido es un beneficio y no un perjuicio.
Por otro lado, el CPFCM da algunas recomendaciones con el objetivo de ayudarnos a cuidar nuestras articulaciones a largo plazo:
- Seguir una dieta variada y equilibrada, sin olvidar los lácteos, las proteínas y la vitamina A, vitamina C y vitamina D.
- Realizar ejercicio físico regularmente, adaptando su intensidad a nuestra edad y estado físico actual.
- Evitar el sobrepeso, ya que esto aumenta la presión corporal sobre las articulaciones y acelera el desgaste ya de por sí propio de la edad.
- Evitar tabaco y alcohol, los cuales contribuyen a los desgastes óseos y articulares, además de deshidratar los músculos.
- Reducir el riesgo de caídas, evitando esfuerzos por encima de nuestras posibilidades.
- Finalmente, descansar adecuadamente y mantener una correcta higiene postural.