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La convivencia hace tu sistema inmune similar al de tu pareja

23 febrero, 2016 09:07

Comenzar la convivencia en pareja es complicado. Comienzas dejando tu cepillo de dientes en su baño y acabas compartiendo vida, casa y hasta sistema inmune.

Sí, sí, habéis leído bien. El roce hace el cariño y por lo que se ve, también iguala sistemas inmunológicos. ¿Queréis saber por qué?

Variaciones en la respuesta del sistema inmunitario

Como sabéis, el sistema inmune está formado por un conjunto de estructuras y procesos biológicos, encargadas de defender nuestro organismo del ataque de cualquier proceso anormal u organismo patógeno que interfiera en los procesos habituales. Cada persona tiene un sistema inmunológico único, con un conteo diferente de células, por lo que no todos reaccionamos igual a las enfermedades.

Sin embargo, no es algo fijo y puede variar según las circunstancias. En primer lugar, es obvio que ante una infección se produce un gran cambio. Nuestro organismos saca toda la artillería para defenderse del ataque, pero una vez que éste ha cesado, todo vuelve a la normalidad, demostrando que, por lo general, tenemos perfiles inmunes estables.

¿Cómo afecta la vida en pareja al sistema inmune?

Un grupo de investigadores de la Universidad Católica de Lovaina, en Bélgica, se encontraban estudiando el perfil inmunológico de una serie de voluntarios, cuando decidieron comprobar  si existían parecidos entre personas que vivían juntas, por lo que pasaron a analizar muestras de sangre de parejas en convivencia.

Comprobaron que, curiosamente, a medida que pasaban los años viviendo juntos, los parecidos entre el sistema inmunitario de ambos miembros de la pareja se hacían más y más grandes. Las causas no están claras, aunque estos científicos tienen una serie de teorías. En primer lugar, cuando dos personas conviven, tienden a adoptar estilos de vida similares, desde la dieta hasta el sueño, pasando por el ejercicio. Esto, claramente, tiene una gran relevancia en la salud y el sistema inmune, pero eso no es todo.

La contaminación puede afectar también negativamente este tipo de procesos, por lo que dos personas que vivan en el mismo lugar estarán igualmente afectadas. Además, la convivencia en general y la vida en pareja en particular, llevan a compartir un gran número de microorganismos, tanto a nivel de la flora bacteriana como de contagio de enfermedades,  llevando también a una modulación similar de la respuesta inmunológica.  Todo esto se incrementa si, además, hay hijos de por medio, ya que aumentan las vías de transmisión de microorganismos.

Como sabéis, una de estas vías es la oral-fecal y, aunque resulte un poco escatológico, cambiar los pañales a un bebé es un ejemplo perfecto de este tipo de casos. Si, como debe ser, ambos miembros de la pareja cambian el pañal, entrarán en contacto con los mismos microbios.

Todo esto, lógicamente, puede ser para bien o para mal, según cómo sea la modulación, pero el caso es que es de buenos enamorados compartirlo todo. Y la cama no iba a ser lo único.

Vía: New scientist