Sin embargo, que sea conocida no es motivo para que no la recordemos como lo que fue: una gran científica. Os contamos la historia de Hipatia de Alejandría.

Biografía de Hipatia de Alejandría

Nacida en 370 y fallecida en 415 (aunque estas fechas no están documentadas con exactitud), fue una gran filósofa de la escuela neoplatónica griega, que también destacó enormemente en los campos de la astronomía y las matemáticas.

Su padre, Teón, fue un gran astrónomo, que despertó su interés por la ciencia desde muy pequeña, razón por la cual terminó convirtiéndose en su discípula.  Más tarde, sus conocimientos de filosofía y ciencia la llevaron a dar clases a reputados aristócratas, tanto cristianos como paganos, muchos de los cuales llegaron a ocupar grandes cargos gracias a sus enseñanzas. Llevó una vida muy ascética, enteramente dedicada al conocimiento, hasta ser linchada y asesinada por un grupo de cristianos, a raíz de una serie de revueltas de origen religioso acaecidas a principios del siglo V.

Aportaciones a la ciencia de Hipatia de Alejandría

Como os decía, Hipatia fue conocida pos sus conocimientos en matemáticas y astronomía, siendo de hecho la primera mujer matemática de la que se tiene constancia asegurada.  Dejó escritas obras sobre geometría, álgebra y astronomía, destacando principalmente en esta última disciplina. Además de sus propias obras, también influyó en grandes ensayos científicos, como La Aritmética, de Diofanto de Alejandría, o Los elementos de Euclides.

Pero no sólo quedó constancia escrita de sus conocimientos, sino que también mejoró enormemente el funcionamiento del astrolabio, un instrumento utilizado para determinar la ubicación de las estrellas en la bóveda terrestre, y fue la creadora de otros inventos, como un densímetro.

El resultado de toda una vida dedicada a la astronomía, se le agradeció al darle su nombre a un asteroide y un cráter lunar, muy cerca del cual se encuentra otro bautizado en honor a su padre.

Como veis, Hipatia fue una gran mujer que supo destacar en un mundo de hombres, volcando toda su vida en su propio conocimiento y en el de los demás. Además, demostró algo que aún hoy en día sigue siendo vigente: que la ciencia no sería nada sin la filosofía y la filosofía no sería nada sin la ciencia.