En el futuro podremos crear robots de personas muertas que imiten su comportamiento, y ya hay empresas que están desarrollando la tecnología para hacerlo posible.

Siempre es difícil despedir a un ser querido, y mucha gente es incapaz de ello; no estoy hablando de quedarnos algún recuerdo o de dejar una foto siempre visible, estoy hablando de gente que sigue comportándose como si no hubiera pasado nada.

No es negación: estas personas saben que su familiar o amigo ha muerto, pero necesitan tiempo para acostumbrarse a ello y quieren seguir recordando a esa persona como si estuviese viva. Algunos amantes de las mascotas sufren lo mismo, y deciden disecar al animal para verlo todos los días como si siguiese vivo.

Acompañando a familiares y amigos más allá de la muerte

La taxidermia en una persona fallecida es algo más extrema, pero lo que quiere hacer Terasem Movement es muy parecido. Sólo que en vez de conservar el cuerpo tal y como estaba antes de morir, lo que quieren es conservar su mente y lo que hacía a esa persona única.

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Es un concepto de ciencia ficción que podría hacerse realidad, afirman algunos expertos en Inteligencia Artificial; llegará el momento en el que estos desarrollos estén tan avanzados que una IA sería capaz de comportarse exactamente como una persona real, usando variables como su modo de hablar, sus valores morales o sus peculiaridades.

Estos robots serían el acompañamiento perfecto, no sólo para los que hayan perdido a alguien, sino también para quienes no quieran seguir en soledad; al ritmo que va la sociedad, algunas empresas creen que pronto existirá una gran demanda de este tipo de productos, y Terasem Movement es una de ellas.

Así podrían ser los robots de personas muertas

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Terasem ha empezado con Bina48, un robot basado en el comportamiento y el aspecto de Bina Aspen, la esposa de su CEO, Martine Rothblatt; su piel de goma parece real a cierta distancia, y sólo cuando nos fijamos nos damos cuenta de ese “valle inquietante”, ese momento en el que un robot nos produce rechazo por intentar parecerse demasiado a un ser humano.

Su funcionamiento también nos puede producir esa sensación; aunque su personalidad ha sido creada en base a 100 horas de audio sobre las creencias y recuerdos de la Bina Aspen real, tiene momentos en los que se nota que es un robot que se intenta comportar como Bina Aspen.

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Pero también tiene momentos en los que parece especialmente inspirado en su imitación, haciendo las mismas expresiones faciales, declarando su amor por las flores y riéndose de si misma. No es una versión perfecta de Bina Aspen, pero se le acerca; y sobre todo, es una prueba de concepto de lo que podríamos tener en el futuro.

¿Cambiando la definición de “vivir”?

Incluso desde Terasem afirman que su invento puede cambiar la definición de “vivir”; mientras que la información que compone nuestro ser siga presente y funcionando, para mucha gente podrás seguir “vivo” o “viva”. Está claro que en Terasem no tienen abuela, pero la verdad es que el concepto que plantean es interesante.

Y también caro. Bina48 cuesta 150,000 dólares, aunque se espera que en los próximos 10 o 20 años el precio pueda bajar al rango de los 25,000 y 30,000 dólares. Será por tanto un producto que no todo el mundo pueda permitirse para recordar a sus seres queridos, pero seguramente el precio no sea el mayor de los obstáculos a los que se enfrentará esta tecnología para convencer a posibles compradores.