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Tecnología

¿Por qué creemos en Dios?

¿Qué tiene que decir el cerebro en el conflicto ciencia-religión? Las razones cerebrales de por qué creemos en Dios.

26 marzo, 2016 11:46

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Investigadores de la Case Western Reserve University y del Babson College localizan el origen de la cruzada mantenida durante tanto tiempo por la religión y la ciencia en nuestras estructuras cerebrales.

Nadie puede alarmarse si digo que la religión es, y ha sido, un fenómeno de carácter universal. ¿Por qué? Entre otras cosas porque, de acuerdo con los planteamientos de Chomsky, los niños vienen al mundo, además de con un pan debajo del brazo, con la ‘inercia neuronal’ necesaria para asimilar el idioma de sus padres y, del mismo modo, su religión.

Por otra parte, si recurrimos a las investigaciones de Bouchard, encontraremos que los genes también tienen voz (y voto); y es que, en estudios realizados con gemelos y mellizos separados al nacer, podemos ver cómo aquéllos nacidos de un mismo óvulo (los gemelos) guardaron una forma de pensar mucho más afín que la encontrada al comparar la de los mellizos. Lo más destacable, no se nos pierdan, es que si un gemelo crecía en una familia no teísta y el otro en una católica, ambos acabarían manifestando lo mismo: bien la fe, bien la ausencia de ésta.

Si seguimos preguntándonos acerca del porqué terminaremos topando con el muro de la incertidumbre. Sí, la incertidumbre tiene esa capacidad de llenar y hacer elocuentes a los púlpitos, según varios estudios. Es esa incertidumbre la que vació, tras los terribles atentados del 11-S, la cartera de los estadounidenses en favor de los vendedores de las profecías de Nostradamus.

El conflicto y las estructuras cerebrales

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Según el estudio realizado por los investigadores de la Case Western Reserve University y del Babson College, debemos partir de la hipótesis de que nuestro cerebro tiene dos dominios opuestos que se encuentran en constante tensión.

Si recurrimos a los estudios previos realizados por Tony Jack, el líder de la investigación a la que nos referimos, mediante imágenes realizadas con resonancia magnética es posible observar que el cerebro tiene una red de neuronas con función analítica, la cual nos permite pensar críticamente, y una red de neuronas con funciones sociales, que nos permite empatizar. Lo curioso es que cuando se nos presenta un problema físico o un dilema moral, un cerebro sano pone a funcionar la red apropiada, suprimiendo la otra.

¿Qué tiene que decir el cerebro en el conflicto ciencia-religión?

Hasta aquí los prolegómenos, veamos entonces en qué ha consistido este nuevo experimento. El grupo de investigadores, liderados por Tony Jack, examinó la relación entre la creencia en un dios (o espíritu universal) y las medidas de pensamiento analítico y preocupaciones morales, a través de ocho experimentos. El resultado principal fue el siguiente: el pensamiento analítico dificulta las creencias religiosas y espirituales.

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¿Cómo explican esto? Pues arguyendo que las personas que creen en un ser supranatural o espiritual, al analizar el mundo físico, lo hacen al suprimir las redes cerebrales necesarias para el pensamiento analítico, sustituyendo esta red por la red neuronal con funciones sociales. Se entenderá ahora el significado de las siguientes palabras de Tony Jack:

“El conflicto se evitaría si cada parte realiza su función, sin interferir en el cometido de la otra”

Terminaremos de la mano de otro investigador, el señor Boyatzis, cuando pretender responder al porqué de semejante tensión entre ambas partes del conflicto:

Sucede así “porque las redes neuronales se suprimen la una a la otra, creándose dos extremos. Reconocer la forma en la que nuestro cerebro funciona quizás nos haga ser más razonables y equilibrados en las conversaciones entre ciencia y religión”.