Chispazos eléctricos en el cerebro para tratar la anorexia
La estimulación magnética transcraneal puede ser útil para tratar la anorexia e incluso recuperarse por completo de un desorden alimenticio.
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La anorexia es una enfermedad difícil de tratar, pero ahora un nuevo estudio ha revelado que con pulsos magnéticos sobre el cerebro, es posible reducir los síntomas muy eficazmente.
Los trastornos de carácter alimentario afectan con mayor frecuencia a la población femenina, en especial durante la época de la adolescencia (entre los 13 y los 18 años de edad), en la que el desarrollo de la imagen personal se encuentra bastante influenciado por los medios de comunicación y la opinión pública. La magnitud del problema es más que evidente, puesto que en la actualidad se estima que al menos una de cada diez chicas adolescentes presenta un trastorno alimentario como anorexia o bulimia.
En concreto, la anorexia nerviosa es considerada a día de hoy como el trastorno psiquiátrico más frecuente y letal entre el género femenino, reflejándose entre un 5% y 20% de las afectadas que mueren cada año a causa de esta condición. Ahora, con el nuevo estudio dirigido por investigadores del King’s College London, se espera que el porcentaje de afectados disminuya considerablemente. En dicho estudio se ha descubierto que la estimulación magnética transcraneal puede reducir los síntomas de la anorexia. Este tipo de estimulación es una técnica no invasiva y ya ha sido aprobada para el tratamiento de otros trastornos como la depresión.
Tratar la anorexia mediante estímulos magnéticos es posible
La técnica, conocida por sus siglas en inglés como rTMS, consiste en la aplicación de una serie de pulsos magnéticos en determinadas regiones del cerebro, como la corteza dorsolateral prefrontal, un área asociada con la auto-regulación del organismo. Sólo una sesión es más que suficiente para moderar síntomas como la restricción total de alimentos o la sensación de saciedad (que los afectados relacionan directamente con la gordura).
Los sujetos que participaron en el estudio demostraron ser capaces de tomar mejores decisiones que al someterse a otros tratamientos como los placebos, puesto que mostraban preferencia por recompensas retardadas más que por recompensas inmediatas. Es decir, la estimulación cerebral les ayudó a mantener a raya sus impulsos de no comer, lo que para ellos es considerado como algo gratificante y que el cuerpo anhela con más urgencia.
Otros tratamientos prometedores contra la anorexia
Se espera que este método, combinado con otro tipo de tratamientos, sea lo suficientemente efectivo como para eliminar por completo los síntomas de la anorexia nerviosa, y así sea posible la recuperación total del paciente. En el caso de la terapia interpesonal y de la terapia cognitiva del comportamiento, por ejemplo, ya se han obtenido resultados de lo más satisfactorios para tratar el apetito descontrolado, un desorden que conduce a darse atracones de comida de manera impulsiva, lo que lleva a pensar que podrían ser dos buenas técnicas también en el tratamiento de la anorexia.
La terapia interpersonal trabaja desde un enfoque en el que la ansiedad, la baja autoestima y la inseguridad son cuestiones negativas que pueden conducir a la anorexia. Analizando y tratando de mejorar la interacción del paciente con otras personas y con el mundo exterior al resolver estos problemas, los terapeutas consiguen mejorar notablemente el estado de salud de los afectados.
Fuente | King’s College London