Un nuevo Rembrandt creado por ordenadores se ha convertido en el centro de la polémica por su capacidad de falsificar obras originales.

Rembrandt es un autor clásico del siglo XVII, considerado como el pintor más importante nacido en los Países Bajos (y tiene mucha competencia). Su estilo barroco es fácilmente reconocible y sus obras tienen un valor incalculable.

Por eso, cuando se anunció que un nuevo Rembrandt sería presentado en Amsterdam quedó claro que podía ser un acontecimiento histórico. La realidad ha resultado ser diferente de lo que nos esperábamos, aunque posiblemente su influencia en el futuro sea incluso mayor que si se hubiese descubierto un cuadro perdido del artista.

Un nuevo Rembrandt… que no es de Rembrandt

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Y es que en realidad la obra ha sido creada por un ordenador, un sistema desarrollado por ingenieros y expertos de Microsoft y el Rembrandt House Museum, de tal manera que incluye todos los aspectos y características de los Rembrandt auténticos (como su autorretrato, en la imagen superior); por eso se llama The Next Rembrandt.

Primero se decidió el tema del cuadro: debía representar a un hombre de entre 30 y 40 años, con ropa oscura, collar, sombrero, y debía estar posando a la derecha. Por lo demás, el sistema tenía libertad para hacer el cuadro como le apeteciese, para elegir los colores apropiados y los detalles que creyese convenientes. El proceso duró 18 meses.

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El algoritmo desarrollado por los ingenieros analizó todos los cuadros del artista, 168.263 fragmentos, hasta comprender qué es lo que los hace especiales y únicos respecto a otros, desde el uso de la geometría y la composición hasta la elección de los materiales. Para la cara, se usó un algoritmo de reconocimiento facial que identificó y clasificó todos los rasgos que podían usarse.

Impresión 3D que se hace pasar por pinceles

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Una vez que el sistema decidió la imagen final, de 148 millones de píxeles, llegó la guinda del pastel. En vez de imprimir la imagen en un papel, se usó una impresora 3D para representar la manera en la que Rembrandt usaba las brochas y los pinceles, a base de varias capas de pintura. Cuando nos acercamos al cuadro, realmente parece que ha sido pintado.

Los responsables de la obra aseguran que su objetivo no era crear un nuevo Rembrandt, en otras palabras, no querían eclipsar al genio sino sólo reflejar en un sólo cuadro todo lo que lo hace especial. Esperan que este proyecto sirva para que más gente aprecie las sutilezas de Rembrandt, pero lo cierto es que han atraído mucha polémica.

¿Puede un ordenador sustituir a un artista? La respuesta fácil es que no, pero cuando es imposible discernir entre el trabajo de uno y otro, empiezan las dudas. Por no decir nada de las posibilidades que tienen estos sistemas para los falsificadores de arte, que podrían crear obras idénticas a las originales, hasta en detalles como las pinceladas.